El Barça se enfrenta este verano a un mercado de fichajes determinante para su futuro deportivo. El club culé necesita urgentemente empezar con el cambio de ciclo, y rejuvenecer a la plantilla. Muchos de los pesos pesados (Luis Suárez, Sergio Busquets, Gerard Piqué, Leo Messi...) superan ya la treintena, e inevitablemente sufrirán un bajón en su rendimiento durante las próximas temporadas.
En este sentido, la entidad azulgrana quiere trabajar con previsión, y encontrar a sus herederos antes de que el tiempo se les eche encima. Tenían este próximo periodo de traspasos marcado en rojo en el calendario para poder acometer esta revolución. Pero desde el Camp Nou no contaban con la crisis provocada por el coronavirus.
Abidal y Òscar Grau en una imagen de archivo / EFE
Las consecuencias económicas de la actual pandemia dejarán al Barça sin prácticamente presupuesto para fichajes. Las pérdidas podrían ascender hasta los 130 millones de euros si no se retoman las competiciones. Además, el ERTE tramitado o la reducción salarial del 70% pactada con los deportistas podría no ser suficiente para salvar la masa salarial del club, y unos presupuestos que podrían pasar de los 1000 millones a menos de 800 el curso que viene.
Lo que provocará que no se puedan apostar por inversiones importantes, y se tenga que confiar en la vuelta de los cedidos o canteranos con fichas que no son de superestrellas. Como mucho, el club catalán intentará realizar un esfuerzo titánico para traer a una bomba, y todas las señales indican que será Lautaro Martínez. Por encima de la vuelta de Neymar.
Lautaro, por delante de Neymar
Ambas operaciones implicarían una inversión importantísima. El Inter de Milán no dejará marchar fácilmente a su estrella, excepto que el mismo argentino se pronuncie sobre su deseo de ir al FC Barcelona. Y aún así, no saldrá barato. El conjunto italiano podría exigir menos de su cláusula, que es de 111 millones en julio, pero pedirá a cambio la inclusión de algunos futbolistas culés en un intercambio. No obstante, parece que hay voluntad por todas las partes para que el traspaso salga adelante.
Lautaro Martínez, en un partido con el Inter de Milán | EFE
En cambio, mucho más difícil es que el PSG acceda a dejar salir al brasileño, y más rumbo a la capital catalana. Las reticencias del conjunto parisino con el Barça son más que evidentes. Ya se vio en las negociaciones el curso pasado por el 10 carioca, y con otras operaciones anteriores, como el fichaje de Verratti o Thiago Silva. El jeque Al-Khelaifi no quiere vender y ayudar a crecer a un rival directo como es el conjunto azulgrana.
Por tanto, y aunque le hayan abierto la puerta de salida, los dirigentes culés no pueden esperar ni una facilidad de la directiva francesa. Llegar a las pretensiones económicas del equipo de París fue imposible el último verano, y se intuyen todavía más complicadas este con la crisis económica provocada por el coronavirus. De hecho, según avanzó el diario L'Esportiu, un directivo del equipo azulgrana confirmó que el retorno de Neymar es prácticamente una utopía.
Neymar en un partido del París Saint Germain / EFE
Las diferentes condiciones lo hacen imposible. Y a la vez acercan a un Lautaro Martínez que ya se ve vestido con la elástica azuglrana, y compartiendo vestuario y terreno de juego con Leo Messi. Lo que está claro es que los dos no podrán llegar. Y pese a las ganas del capitán culé de volver a jugar con su amigo, la realidad es que el Barça podría ahorrarse un cisma importante si finalmente Neymar no puede volver al Camp Nou.