La crisis del coronavirus cambiará por completo los planes del Barça en el próximo mercado de fichajes. El conjunto azulgrana se enfrentará a un verano clave para su futuro deportivo. Con muchos de los pesos pesados superando ya la treintena, cada vez es más necesario apostar por el inevitable cambio de ciclo y rejuvenecer la plantilla. Y lo hará sin prácticamente presupuesto.
Las pérdidas provocadas por la pandemia podrían ascender hasta los 130 millones de euros si no se retoman las competiciones. Además, el ERTE tramitado o la reducción salarial del 70% pactada con los deportistas podría no ser suficiente para salvar la masa salarial del club, y unos presupuestos que podrían pasar de los 1000 millones a menos de 800 el curso que viene.
Josep Maria Bartomeu y Eric Abidal en una rueda de prensa / EFE
Lo que además, comportará que la entidad azulgrana deba olvidarse de grandes fichajes bomba, y tenga que planificar su próxima temporada con las únicas incorporaciones de los cedidos que vuelvan al equipo o canteranos sin grandes sueldos.
Como mucho, el FC Barcelona intentará hacer un esfuerzo titánico en traer al Camp Nou a Lautaro Martínez, con el que las negociaciones ya están muy avanzadas, pero que comportará una inversión importante. Con su fichaje, poco dinero más habrá para otras operaciones, y no habrá otra alternativa que apostar por los de casa.
Canteranos y cedidos con ganas de resarcirse
El caso más llamativo es el de Philippe Coutinho. Su temporada no ha acabado de convencer en el Bayern, y los bávaros no aplicarán su opción de compra no obligatoria de 120 millones. Quique Setién lo quiere, y confía en poder recuperar de nuevo su fútbol, pero el objetivo del club es venderle por una cantidad importante. Sin embargo, si esta oferta convincente no acaba de llegar, el técnico culé ya anunció que contaría con él.
Coutinho en una imagen de archivo con el Bayern de Múnich / EFE
Por su parte, para el centro del campo, el Barça cuenta con tres futbolistas en préstamo con mucho potencial pero que no han acabado de responder a las expectativas. El primero es Rafinha, cedido en el Celta. Está cómodo en Vigo, y podría salir por 16 millones de euros. Es un jugador que ha demostrado siempre que ha podido que aporta, pero que no acaba de convencer.
En cambio, sí tendrá un hueco Carles Aleñá. La crisis del coronavirus llegó cuando estaba practicando su mejor fútbol en el Betis, y Setién cuenta con él. La experiencia en Sevilla le ayudará a crecer, y volverá en verano al Camp Nou para ganarse un puesto en el centro del campo. En punto neutral queda Oriol Busquets, cedido en el Twente holandés donde se ha convertido en una de las grandes sorpresas de la Eredivise. Regresará a la órbita azulgrana este verano, y no se descarta que realice la pretemporada y pueda hacerse un hueco en la plantilla.
Finalmente, a nivel defensivo el FC Barcelona cuenta con Todibo, cedido en el Schalke04, y con ofertas importantes para salir el próximo mercado. En los laterales, Wagué en el Niza y Miranda, también en el Schalke, están teniendo un papel residual, y su futuro es una incógnita.
Y también está Emerson, futbolista por el que el Barça pagó 12 millones al Atlético Mineiro, pero cedido al Betis hasta 2021. Su temporada está siendo espectacular, y Abidal sostiene que el club culé podría recuperarlo este verano, mientras los dirigentes del conjunto sevillano defienden que no existe esta cláusula y que se quedará hasta el final de la temporada que viene.
Aleñá, junto a Riqui Puig en un entrenamiento del Barça | FCB
Para acabar, la situación económica podría también jugar a favor de algunos canteranos que no han acabado de tener oportunidades este año, como Riqui Puig o Collado. Lo que está claro es que la crisis del coronavirus obligará de nuevo al Barça a improvisar, y a apostar por el talento de casa para salvar una temporada que se prevé muy compleja. Y todo esto, con un Leo Messi a la espera de conocer el proyecto deportivo, para firmar su renovación. Se vienen curvas en el Camp Nou.