Quique Setién no es Ernesto Valverde. El cántabro presenta un carácter muy fuerte y unas ideas muy claras respecto al modelo de juego que pueden chocar con los futbolistas. Ya lo hemos podido ver en rueda de prensa ante las preguntas de los periodistas, pero también lo demuestra partido tras partido siendo fiel a sus pensamientos y no cediendo a presiones.
El entrenador llegó a Barcelona con una idea muy clara: la de jugar bien. En sus etapas anteriores -Real Betis y Las Palmas- lo consiguió con un sistema pocas veces visto en los últimos años en el Camp Nou: un 3-5-2. Lo vimos contra Granada, Ibiza y Valencia y no ofreció los resultados esperados.
Maxi Gómez en la acción del 2-0 contra el Barça/ EFE
La derrota en Mestalla (2-0) y la presión del vestuario le hicieron ver que no era la mejor manera de afrontar lo que quedaba de temporada. El equipo tenía la posesión, pero apenas se atacaba el arco contrario. A eso cabe sumarle los pocos efectivos en defensa. Solo hay tres centrales en el primer equipo -Lenglet, Umtiti y Piqué- y cuantos menos inventos, mejor.
El cántabro llegó a media temporada en el Camp Nou. Apenas ha tenido tiempo de inculcar su metodología y los partidos más exigentes se van sucediendo. Por ese motivo, seguimos viendo variaciones partido tras partido: Arturo Vidal de extremo, cuatro centrocampistas en línea en la medular, un mediapunta contra el Real Betis; entre muchas otras fórmulas.
La derrota en el Bernabéu
La recaída en el segundo tiempo contra el Real Madrid ha desestabilizado un poco al grupo. Según apuntan algunas voces, algunos jugadores se molestaron al conocer el sistema inicial visto en el clásico, con una línea de cuatro en le medio y solamente con dos delanteros: Antoine Griezmann y Leo Messi.
Arturo Vidal, obstaculizado por Toni Kroos en el Real Madrid-Barça | FCB
Muchos se preguntan por qué motivo no se vieron tres delanteros yendo a atacar desde el primer minuto la portería de Courtois y se apostó por un sistema conservador a verlas venir. Aunque la primera parte fue buena, el equipo se deshinchó en la segunda con muchas imprecisiones y errores individuales.
Otro de los problemas que podrían surgir es en torno a la figura de Leo Messi. Aunque el argentino no se ha quejado públicamente, es conocido por todos el aprecio que siente por Ansu Fati. Es con el juvenil con quien mejor se ha entendido en los últimos tiempos, pero ha sido carne de banquillo en los partidos más exigentes: Nápoles y Real Madrid.
Ansu Fati celebra con Messi sus goles al Levante / EFE
Setién ya sabe que las opciones de ganar títulos pasan por los pies de capitán y crearle un ecosistema adecuado es clave para verlo rendir bien. Sin Luis Suárez ni Ousmane Dembelé, las opciones más ofensivas son Braithwaite y el joven extremo pero no, de momento se sigue apostando por la figura de Arturo Vidal.