Quique Setién llegó al Barça con un planteamiento muy claro: no le habían fichado por sus títulos, sino por la idea de futbol que implementó en su etapa en el Las Palmas o el Betis. De esta manera, a pesar de que ha inculcado nuevos mecanismos, lo cierto es que poco a poco su claridad del mensaje inicial se ha ido difuminando y en varios aspectos está actuando con planteamientos que en su día fueron criticados a Ernesto Valverde. La continua utilización de Arturo Vidal o el papel irrelevante de jugadores de la Masia son algunos de ellos.
Arturo Vidal pasa por delante de Ansu
Desde su llegada al banquillo azulgrana, Quique Setién ha ido tocando varias piezas para intentar encontrar el dibujo adecuado para el equipo. Asimismo, empezó con un 3-5-2 pero que rápidamente fue modificado por el tradicional 4-3-3. En este esquema, Messi, Griezmann y Ansu Fati fueron los que ocuparon las posiciones delanteras. Sin embargo, contra el Eibar el técnico ya probó a Arturo Vidal como extremo en una opción que repitió en Nápoles. La idea no salió demasiado bien y es por eso que propuso un nuevo cambio.
En otro escenario imponente como es el Bernabéu, Setién puso a sus jugadores en un 4-4-2 donde Arturo Vidal actuó como centrocampista por la banda derecha. De esta manera, ante la falta de desborde del chileno, la profundidad por banda llegó por parte de los laterales. Nuevamente, por lo tanto, el técnico confió en darle una nueva posición a Arturo en lugar de dar una oportunidad a Ansu Fati o Braithwaite. El nuevo dibujo le dio sus frutos en la primera parte pero el equipo se acabó desfondando en los últimos 30 minutos del partido.
Intensidad vs desborde
La entrada de Arturo Vidal en el once inicial, por lo tanto, es evidente que aporta intensidad en la presión y estar presente en varias zonas del campo. Sin embargo, sus perjuicios también son unos cuantos. Primero de todo, en la salida de balón el chileno no es un jugador técnicamente delicado. Eso produce que en varias ocasiones pierda balones o decida mal para darle más ritmo a la circulación. De la misma manera, tampoco es un futbolista que se fragüe en el desequilibro, lo que es claramente una carencia en un equipo con pocos jugadores con estas características.
Por su lado, en cambio, Ansu Fati entró a inicios de temporada en la escena futbolística siendo un jugador atrevido, al que no le afecta la presión, que encara a los rivales y que no tiene dudas de mirar hacia portería. Esas facetas son precisamente algunas de las que le faltan actualmente al Barça por lo que extraña que en los últimos partidos no haya tenido protagonismo. Contra el Nápoles solo disputó tres minutos y en el Bernabéu nueve minutos.
De cara a los próximos compromisos habrá que esperar cual es la apuesta de Setién, pero lo que es evidente es que la afición pide que Ansu Fati esté en el terreno de juego para ser otro peligro para las defensas rivales. En la vuelta de los octavos de Champions el chileno está sancionado, por lo que será una buena oportunidad para Ansu.