Se acabó la racha. El FC Barcelona acumulaba cuatro visitas consecutivas venciendo en el Santiago Bernabéu, pero no pudo completar la manita. El equipo azulgrana llegaba en buena dinámica, pero se estampó en el feudo del Real Madrid. Los goles de Vinicius y Mariano fueron suficientes para tumbar al conjunto de Quique Setién.
El cuadro catalán ofreció una muy buena imagen durante la primera mitad y los primeros diez minutos de la segunda, pero cuando los blancos apretaron el acelerador no pudo frenarlos. El tanto del extremo brasileño desmoronó por completo a los visitantes, que se vieron sometidos por el dominio merengue en los últimos 20 minutos.
De más a menos
El Barça no exhibió su mejor versión y, a decir verdad, Leo Messi tampoco. Y eso que el delantero argentino empezó el encuentro con ganas de coger el timón del equipo blaugrana. Se mostró muy participativo en los primeros minutos, colándose entre líneas y tratando de crear ocasiones de gol.
Messi en una acción de juego del Barça - Madrid / EFE
De hecho, en sus pies nació el primer disparo de los catalanes. Condujo hasta la frontal, la puso a su izquierda para Jordi Alba y el lateral del de l'Hospitalet encontró a Griezmann en el punto de penalti. El delantero francés estaba completamente solo, pero le pudieron las ganas y envió el tiro muy por encima del larguero de la portería de Courtois.
Incluso tuvo la posibilidad de poner al FC Barcelona por delante antes del descanso. Llegó muy forzado a un balón alto que merodeaba el área, llegó a impactar el esférico con la zurda, pero el disparo le salió muy centrado. Courtois, que completó un gran encuentro, no tuvo problemas para atajar su tiro.
Lento
En la segunda mitad, el nivel de Messi bajó, como el del resto del equipo. Apenas entró en juego y perdió más balones de los que suele perder. No se pudo librar de la marca de Casemiro en ningún momento y, cuando lo hacía, aparecía otro jugador vestido de blanco. La telaraña que diseñó Zidane lo desactivó.
Leo Messi, solo después del gol del Real Madrid / EFE
Estaba tan desconectado del encuentro que desperdició una ocasión de oro para poner el empate en el marcador. Frenkie de Jong le puso un balón excelso, pero tanto Marcelo como Casemiro lo ganaron en carrera. Esa acción acabó de desmoralizarle a él y de alentar a la entidad de Chamartín.
Leo Messi jugó al escondite en su jardín. Acostumbra a brillar en el Santiago Bernabéu, pero este domingo Zidane y el Real Madrid lograron desactivarlo.