La flor de Zidane decide un clásico que no hizo justicia al fútbol
Se vieron dos partes y en Real Madrid no perdonó en el segundo tiempo
1 marzo, 2020 22:56Partido irregular del FC Barcelona en el Santiago Bernabéu. Muchos aficionados se podían esperar a un equipo especulador, que esperaría detrás, viendo el once por el que apostaba Quique Setién. Pero no. Fue un encuentro con muchas alternativas y con la intención de dañar al rival desde el primer momento.
Una de las grandes novedades fue la ubicación de los centrocampistas. Contra el Nápoles y el Eibar, Arturo Vidal fue el escogido para ocupar uno de los extremos. En el otro jugaba Griezmann. Ante el Real Madrid se vio una apuesta diferente, que trastocó los planes defensivos de Zinedine Zidane en un inicio.
El chileno se ubicaba en la banda derecha en una línea de cuatro medios con los interiores ligeramente avanzados, actuando entre defensa y medular merengue. En la otra banda, en la izquierda, estaba Frenkie de Jong, que ocupaba puntualmente el espacio de Dani Carvajal.
Arthur en una pugna con Toni Kroos / EFE
El equipo tuvo la posesión del balón, muy útil y siempre buscando las mejores opciones para penetrar en el área. Sin ninguna precipitación. Así llegaron las mejores ocasiones, con paciencia toque y esperando algún destello de calidad. Arthur Melo y Sergio Busquets supieron controlar el ritmo del encuentro. En el segundo partido todo cambió.
Dos partidos diferentes
Aunque en algún momento se impuso el juego del Real Madrid, fueron los culés quienes dieron la mejor versión en el primer tiempo. Los blancos apenas exigieron a Ter Stegen. Solamente lo intentaron mediante centros laterales y ataques puntuales, todos ellos controlados por una atenta línea defensiva, especialmente por un imperial Gerard Piqué.
Por parte culé, en el descanso se podría haber ido con un claro 3-0 en el marcador. La primera ocasión llegó en el minuto 20 tras una combinación Messi-Alba-Griezmann, que terminó con un disparo del galo por encima el travesaño. Instantes más tarde, Arthur Melo sorprendía con una carrera rompiendo la línea defensiva y ganándole la partida a Kroos. Su disparo era parado por Courtois.
La mejor ocasión en el primer tiempo fue de Leo Messi. El argentino, muy combinativo por dentro, se asoció con Sergio Busquets y se fue al espacio en busca del gol. Buen pase del pivote y uno contra uno del 10 frente al belga. Su tiro golpeaba en la cara del portero y se iba por la banda.
Leo Messi jugando el clásico en el Santiago Bernabéu / EFE
Tras el descanso, los blancos dieron un paso adelante. Jugaban en casa y necesitaban generar ocasiones. Atacaron sobre todo la banda derecha azulgrana, con un Nelson Semedo acusado por Vinicius Junior, Isco Alarcón y Marcelo. En el 55, Ter Stegen hacía la parada del partido a un disparo del malagueño desde el vértice. Pocos minutos más tarde sería Benzema quien malbarataba un buen centro a la frontal de la pequeña.
Tanto va el cántaro a la fuente, que al final se rompe. Una acción en que el portugués se dormía terminaba con un gran pase de Kroos a Vinicius. El brasileño marcaba el primer tanto del encuentro en el 72, superando al arquero por el palo corto. Poco podía hacer: estaba solo y tenía todo el tiempo del mundo para armar la pierna. La flor de Zidane tenía su efecto.
Más aún en el tiempo de prolongación, Mariano Díaz, que disputaba sus primeros minutos esta temporada, ponía el segundo en el marcador. Una auténtica injusticia del fútbol pero como dice el dicho "quien perdona, la paga". El Barça ya no es líder y esta Liga será larga y muy disputada.
Vinicius se comió a Semedo
Aunque Nelson Semedo es uno de los laterales derecho que mejor defienden, acusó el cansancio en el segundo tiempo. Arturo Vidal no le ayudaba tanto y eso lo notó. Zidane insistió en acusar la banda izquierda de su ataque y Marcelo, Vinicius e Isco no pararon de marear al portugués, que se encontraba en numerosas ocasiones solo.
Vinicius Junior celebrando su gol contra el Barça / EFE
Así llegó el gol. El 2 iba a buscar al alemán y en un acto de mucha calidad, éste la rompía hacia dentro con un sutil pase al espacio. El resto es historia. El extremo entraba solo, con los centrales muy lejos de él y superaba a Marc-André Ter Stegen por abajo.
El revulsivo Braithwaite
Ante los ataques blancos, Quique Setién quiso mover el esquema y volvió al clásico 4-3-3 pero con Martin Braithwaite. El danés entraba en el 68 por Arturo Vidal. En su primera acción ya mostraba su potencial. Un uno contra uno con Courtois y segundos después un centro lateral muy tenso. Ambos sin premio.