Quique Setién superó con una valoración raspada su estreno en Champions League como entrenador del Barça. La nota más positiva del choque ante el Nápoles fue sin duda el resultado. Un empate a uno que permitirá al conjunto culé disputar la vuelta en el Camp Nou con cierta tranquilidad. Ante su afición y en un estadio de dimensiones más imponentes, el equipo azulgrana tiene ventaja para clasificarse para los cuartos de final.
En cambio, muchas más carencias demostró el equipo a nivel de juego. Aunque sí practicó de forma muy eficiente la presión en campo contrario, fue en ataque donde los jugadores tuvieron más problemas. Ante el planteamiento defensivo organizado por Gattuso, los culés se empacharon de balón. Una posesión estéril, que no les permitió provocar peligro a la portería contraria. Tal y como comentó Griezmann después del encuentro, les faltó "profundidad" en muchos momentos del choque.
Los jugadores del Barça celebrando su gol contra el Nápoles / EFE
Por tanto, sí es cierto que en estos primeros meses se está notando la mano de Setién en la plantilla. Sin embargo, también parece que el santanderino llegó con una idea radical de juego, y poco a poco está viéndose obligado a matizarla. Un hecho que está comportando que su equipo empiece a parecerse al de Ernesto Valverde.
Planteamiento cauteloso al estilo Valverde
Con el paso de los días, Setién está perdiendo la valentía que mostró cuando pisó por primera vez el Camp Nou. Los fieles defensores del fútbol por el que siente admiración, como Riqui Puig o Arthur, cada vez están perdiendo más protagonismo. En su lugar, tal y como se vio en San Paolo, el cántabro está confiando en la vieja guardia. Una estrategia por la que también apostó Valverde, y que acabó por costarle el puesto.
Ante los napolitanos, Setién optó por un once muy prudente. Muy estilo Valverde. Cuatro centrocampistas, entre ellos veteranos como Arturo Vidal y Rakitic, y solo dos delanteros. El joven Ansu Fati, que ya descansó el pasado fin de semana, tampoco fue titular en Champions. De hecho, no saltó al terreno de juego hasta los últimos minutos, y cuando el encuentro estaba prácticamente decidido.
Setién se lamenta en el partido ante el Nápoles | EFE
En lugar de salir a llevar el encuentro a su terreno, con un once más pelotero y creativo; optó por una alineación con más experiencia y oficio. Más pragmática. Algo que no benefició al Barça, incapaz de superar a los de Gattuso, que sí jugaron a los que saben jugar. El partido del conjunto culé ante el Nápoles no emocionó a la hinchada azulgrana, que poco a poco empieza a perder la confianza que depositó en el técnico santanderino.
Ahora, tiene en su mano defender, ante todo y todos, su idea de juego y hacer que el equipo juegue tal y como espera; o que acabe cediendo, igual que hizo Valverde, y se centre en conseguir triunfos sin tener en cuenta el juego. Algo que muy bien no le salió a su antecesor.