Leo Messi estuvo especialmente motivado en el encuentro ante el Nápoles. Ante la hinchada de San Paolo, que no dejaba de idolatrar y exclamar cánticos a favor de la figura de Diego Armando Maradona, el jugador más importante de la historia del club, el capitá culé quiso demostrar en todo momento que él está un paso por encima de El Pelusa.
No obstante, en esta ocasión el rosarino no pudo mostrar toda su magia. En parte, por culpa de la jaula defensiva en la que le encerró Gattuso con su planteamiento en defensa. Messi tuvo total libertad para recibir el balón en cualquier parte del campo, pero cuanto más se acercaba a la portería napolitana, más rivales tenía a su alrededor.
Sin embargo, Leo no se amedrentó y lo intentó de todas las maneras posibles. Se marchó sin marcar, y eso que lo intentó repetidamente. Una de sus ocasiones más claras la tuvo en la segunda mitad, cuando tras una gran acción individual, se quedó a solo un regate de quedarse solo contra el guardameta del conjunto italiano, Ospina.
Susto importante
Precisamente, esta intensidad y ganas de llevarse el triunfo comportaron un susto importante para Messi. En el tramo final del encuentro, el argentino acudió a rematar con la pierna estirada un centro de Semedo. Sin embargo, el portero colombiano Ospina se adelantó a su remate, y ambos jugadores colisionaron dentro del área pequeña.
Messi, en el momento del choque contra Ospina | EFE
El guardameta, con molestias en su brazo izquierdo; y el capitán culé, en la rodilla, estuvieron algunos minutos estirados en el terreno de juego, y recuperándose se sus molestias. Finalmente, el rosarino fue amonestado por la entrada y todo se quedó en un susto. Una acción que sirvió para poner de manifiesto las ganas de Messi de triunfar en el estadio que vio crecer a Maradona.