Ya es oficial. El Barça tiene nuevo delantero. Una incógnita que ha seguido al conjunto culé durante más de un mes, pero que finalmente ha tenido un desenlace aparentemente feliz. El danés Martin Braithwaite llega procedente del Leganés, después de que el club azulgrana pagase su cláusula de rescisión: 18 millones de euros.
Se trata de un ariete que destaca por su potencia física y su versatilidad. Dos condiciones que acabaron de convencer a la directiva por delante de otras opciones. Además, el tener 28 años hace que pueda tener todavía mucho mercado en verano, en caso de que complete unos buenos meses en el Camp Nou. Porque la idea del Barça es esa: que su fichaje sirva como parche, para reforzar a la plantilla tras las bajas de Luis Suárez y Dembelé, y cuando acabe el curso buscarle una salida.
Brathwaite es el segundo delantero consecutivo que adquiere el Barça a media temporada. Y su gran objetivo para los partidos que vista la elástica culé será superar a su antecesor. Algo que no tendrá excesivamente difícil.
El periplo de Boateng en el Barça
En el mercado de invierno del curso pasado, el Barça decidió dejar marchar al canterano Munir rumbo a Sevilla. Para sustituirle, optó por un delantero polémico pero experimentado, como fue Kevin-Prince Boateng. Llegó como cedido con una opción de compra de ocho millones de euros, que el club azulgrana en ningún momento se planteó aceptar.
Y es que el periplo del ghanés fue horrible: no anotó ni un solo gol defendiendo los colores azulgranas y solo saltó al terreno de juego en cuatro partidos. Números muy pobres para un atacante que protagonizó otra operación horrible de la actual directiva culé.
Boateng, en un partido con el Barça | EFE
Braithwaite, que solo podrá jugar la Liga al no poder inscribirse en la Champions, tendrá como máximo 13 encuentros esta temporada para intentar mejorar los registros goleadores de Boateng. Algo que no parece muy difícil, ya que solo necesita ver portería para superarlo. No obstante, el fichaje del danés de esta manera vuelve a demostrar la poca planificación del Barça, y su incapacidad de encontrar las piezas necesarias para hacer al equipo lo más competitivo posible.