Quique Setién regresó este domingo a uno de los estadios que le hizo crecer en los banquillos de fútbol. El técnico cántabro le debe mucho al Betis, ya que sin pasar por el Benito Villamarín no sería hoy entrenador del FC Barcelona.
Cuando terminó el choque, con un sufrido triunfo del Barça (2-3), Setién habló sobre sus sensaciones en el regreso a Sevilla y se mostró emocionado: "Ha sido un reencuentro tremendamente emotivo, con mucha gente, después de siete meses. Me fui dando muchos abrazos y he vuelto dándolos otra vez”.
“Estoy encantado de haber pasado dos años maravillosos en Sevilla, donde dejo muchísimos amigos. Le deseo todo lo mejor al Betis, que gane todos los partidos a partir de ahora. Siempre hablaré bien del Betis", añadió.
Arturo Vidal, mediapunta
Más allá de los besos y abrazos, Quique fue protagonista en el Villamarín por el novedoso planteamiento que dispuso sobre el verde. Un invento pensado para sorprender al rival y que pudo salir muy mal.
Arturo Vidal disputando un balón contra el Real Betis / EFE
La gran novedad fue la presencia de Arturo Vidal en el once. Y no solamente por su aparición, sino por la posición: pensada para aplicar una presión asfixiante a la salida de balón bética. El chileno actuó como mediapunta, justo por detrás de Griezmann y Messi, más adelantado que Sergi Roberto y De jong.
Así explicó Quique el papel que desempeñó Arturo: "Pensábamos que el planteamiento del rival iba a ser diferente. Queríamos hacer una presión alta, tiene llegada y presencia en el área y por eso hemos considerado que era el más adecuado”.
4-4-2 engañoso
El dibujo plasmaba un 4-4-2 con centro del campo en rombo, pero una vez más el medio chileno demostró que es mucho más eficaz cuando entra al campo desde el banquillo, como revulsivo, que cuando lo hace de principio. En Sevilla estuvo errático, perdió el balón que propició el gol de Fekir y se sumó a la fiesta de las tarjetas amarillas con una entrada innecesaria.
Vidal, que fue baja contra el Levante por una contusión en el muslo y se quedó sin jugar en San Mamés debido a las molestias que acusó Piqué, volvió a jugar sin rendir al nivel esperado. Setién lo defendió, pero en estos momentos se postula más como alternativa ofensiva que como centrocampista.
Arthur, ¡también mediapunta
Aunque la sorpresa final de Setién vino cuando sentó al chileno y dio entrada a su compañero Arthur Melo. El brasileño, mucho más eficiente con el balón en los pies, es clave para controlar el juego. Sin embargo, Setién lo mantuvo en la mediapunta, para reforzar la línea de presión y fijar defensas durante algunos minutos. Cuando decidió defender el resultado, modificó sensiblemente su ubicación.
Lenglet celebra su gol al Betis con Arthur, Umtiti y Sergi Roberto / EFE
Otros cambios significativos del Barça en San Mamés fueron la presencia de Junior y Semedo en las bandas, reforzando a De Jong y Roberto, respectivamente. Setién quiso dar confianza a Firpo en su regreso al Villamarín, con ovación incluida, para prescindir de un fijo como Jordi Alba.
Umtiti y la baja de Ansu Fati
Umtiti ocupó la posición del sancionado Piqué, y volvió a dejar evidencias de su nefasto problema de forma. El central francés está lento, torpe y pesado, pero volverá a ser titular el próximo sábado contra el Getafe debido a la expulsión de Lenglet por doble amarilla.
La última novedad destacable fue la ausencia de Ansu Fati, que no jugó ni un minuto, en favor de Griezmann. El técnico apostó esta semana por rotar a los dos acompañantes de Messi en la delantera a la espera de que se cierre un nuevo fichaje, jugando uno en San Mamés y el otro en Sevilla. Ello ha servido para consolidar esta especie de 4-4-2 que se puede convertir en 4-3-3 con Sergi Roberto haciendo las veces de falso extremo.