Reacción de un Barça que quiere la Liga. Sigue perdido en un sistema que no garantiza el buen juego que quería y abogaba Quique Setién el día que llegó. Los culés necesitaban una victoria para rebajar los ánimos después de la eliminación de la Copa del Rey contra el Athletic Club (1-0) y la tuvieron frente al Betis (2-3). Vuelven a estar a tres puntos del Madrid.
El cántabro salió con dos sorpresas en el once. Junior Firpo ocupaba el lateral izquierdo y Ansu Fati se quedaba en el banquillo dando la titularidad a Arturo Vidal. Los visitantes se ubicaban con cuatro centrocampistas -junto a Frenkie de Jong, Sergio Busquets y Sergi Roberto- en forma de rombo.
Los jugadores no se sintieron cómodos en el primer tiempo. Mucho balón por dentro per sin una referencia ofensiva clara. El chileno y el holandés aparecían por la zona mientras Antoine Griezmann y Leo Messi se abrían en las bandas, lo único positivo de este sistema. Este equipo no intimida a nadie y el Real Betis lo demostró.
Muy blandos atrás
El partido empezó mal por parte azulgrana. Los de Rubi salieron con una presión muy alta y con cuatro hombres descolgados delante: Nabil Fekir, Sergio Canales, Carles Aleñá y Borja Iglesias. Costó mucho salir de la presión y se notó en exceso la baja de Gerard Piqué, sancionado, y un discreto Busquets.
En el minuto cuatro, unas manos de Clement Lenglet eran castigadas con un penalti que revisó el VAR. Primer gol de los locales de Canales. Empataría De Jong tres minutos después con una llegada al área y un magnífico pase de Leo Messi. En el 26 se volvía a avanzar el Betis mediante el mediapunta galo.
Junior Firpo, lamentando el gol de Nabil Fekir / EFE
Un horrible pase de Arturo Vidal hacia atrás dejaba a Nabil Fekir solo ante la dupla de centrales. Unos toques fueron suficientes para dejar a Samuel Umtiti lejos del balón que permitió disparar a su compatriota. Minutos más tarde, un revoltijo en el área en el 47 daba el gol del empate a Busquets cuando peor estaba el equipo. Empate a dos en el descanso.
Durante los últimos minutos de la primera parte, el Barça bailó al ritmo del 23 verdiblanco. El ex del Olympique hizo lo que quiso con Nelson Semedo por la banda, incluso llegando a momentos de magia. Tuvo el espacio de jugar y se entendió con sus compañeros, a diferencia del argentino, que no consiguió encontrar su espacio hasta el segundo tiempo.
O Messi o nadie
En la segunda parte se vio una mejoría de los culés. Messi tenía más espacios y eso es sinónimo de ocasiones. El argentino llegó a tener cuatro ocasiones, pero Joel Robles sacó su repertorio de paradas, una de ellas como el ya mítico gol de vaselina que marcó en este estadio el curso pasado.
Messi intenta superar a la defensa del Betis | EFE
Otra acción del capitán servía para desatascar el partido a balón parado. Un centro dentro del área en el minuto 71 terminaba con la rematada de Clement Lenglet al segundo palo. No podía hacer nada el portero verdiblanco, que resbalaba en el momento de estirarse. Hat-trick de asistencias para el rosarino y a sufrir detrás.
Lenglet, expulsión infantil
En el minuto 78, Clement Lenglet protagonizó una acción digna de infantiles. Una falta por detrás a Joaquín significaba la segunda amarilla y expulsión. Una tarjeta que no era necesaria en esos momentos y que dejaba a los culés con diez hombres.
Nabil Fekir siendo objeto de falta contra el Barça / EFE
Minutos antes, también veía la roja Nabil Fekir, por protestar una falta a Sergio Busquets. Vio una amonestación por la acción y otra por faltarle al respeto al colegiado Sánchez Martínez. Parecía que con un hombre menos los locales perdían poderío pero el francés lo igualó con su error.
Arthur, un revulsivo muy blando
Para cambiar el rumbo del partido, Quique Setién quiso meter a dos revulsivos. En el 57 entraron Jordi Alba y Arthur Melo por Junior Firpo y Arturo Vidal, que este domingo no tuvo el día. Lejos de lo que nos podíamos imaginar, el rombo no se modificó a un 4-3-3 sino que se mantuvo el sistema.
Incomprensiblemente fue el brasileño quien se ubicó detrás de los delanteros. El equipo ganó control y se empezaron a generar algunas ocasiones, pero no aportaba el punto ofensivo y de desequilibrio que pedía el partido. La entrada de Ansu Fati -sin minutos este domingo- o el cambio de sistema hubieran sido mejores apuestas.