Quique Setién quiso sorprender al Real Betis con varios cambios en el once del Barça. Los culés salieron con un 4-4-2 en rombo priorizando el juego interior para ahogar a los béticos. Otra de las sorpresas que vimos fue Junior Firpo sustituyendo a Jordi Alba y Arturo Vidal, que dejaba a Ansu Fati en el banquillo y se ubicaba en la mediapunta.
El invento no salió como el cántabro esperaba. El objetivo era abrir y descolocar a los centrales con Leo Messi y Antoine Griezmann en las bandas mientras que el carril central, sin una referencia clara, era para las llegadas del chileno y de Frenkie de Jong. El holandés vio portería entrando desde la segunda línea.
El 22 está muy lejos de su mejor nivel. Es un jugador muy físico con gran llegada, pero cuando el equipo tiene que jugar en estático sufre mucho con el balón en los pies. Como se está viendo en los últimos partidos, suma más siendo un revulsivo que titular. Hasta la fecha, con Setién solamente salió de inicio con Leganés y Granada en casa.
Arturo Vidal disputando un balón contra Guido / EFE
“Pensábamos que el planteamiento iba a ser diferente, nos iba a permitir una presión alta. Es un jugador con buena llegada, presencia y que nos podría dar cosas muy positivas. Hemos considerado que era el jugador ideal para lo que pensábamos”, comentó el míster en rueda de prensa.
Un cúmulo de errores
Arturo Vidal estuvo desubicado los 57 minutos que disputó. Llegó a perder hasta cinco balones, algunos de ellos muy peligrosos. El más clamoroso fue en el 26. Un pésimo pase hacía atrás caía en los pies de Carles Aleñá, que le cedía a Nabil Fekir. El crack de Lyon, después de varios toques, cruzaba el balón superando a Ter Stegen.
A partir de entonces se desconecto del partido. Pensaba más en cubrir su error defensivo que en sumar en ataque como Setién le había pedido. Hizo una muy dura entrada al mediapunta francés del Betis y se ganó la tarjeta amarilla. Tan clara como innecesaria.
Arturo Vidal disputando un balón contra el Real Betis / EFE
Minutos después volvía a protagonizar otra ocasión digna de una película de humor. Regaló otro balón a Nabil Fekir que cayó a Carles Aleñá tras una falta de entendimiento con Samuel Umtiti, otro de los jugadores que salen retratados de la visita en el Benito Villamarín.
Todas estas acciones le hicieron merecedor del cambio y en el 57 entró en su lugar Arthur Melo, buscando más control y pausa. El equipo mejoró y con el brasileño más estático, el que se movió a su aire fue Leo Messi. El argentino se sintió más cómodo y protagonizó varias acciones muy peligrosas.