Pese a los problemas de adaptación que tuvo al inicio de temporada, Antoine Griezmann se ha convertido ya en una pieza clave del Barça. El francés no solo está rindiendo a nivel ofensivo, con 12 goles ya este curso, sino que también está ganándose a la afición gracias a su sacrificio y a su esfuerzo en defensa. Ahora, tras las bajas de Luis Suárez y Dembelé, el francés todavía ganará más protagonismo para los partidos más exigentes del año.
No obstante, hay que destacar que la ausencia de un 9 puro y el hecho de que el conjunto culé decidiese no fichar un ariete en el mercado de invierno, provocó que Quique Setién se quedase con solamente tres futbolistas para la zona de ataque: el propio Griezmann, Leo Messi y Ansu Fati. Por tanto, habrá que ver como el técnico santanderino gestiona este hecho y consigue que ninguno de los tres sufra problemas físicos por culpa de la desmesurada garga de minutos que tendrán.
Antoine Griezmann en el choque frente al Levante / EFE
De momento, El Principito está siendo uno de los grandes afectados por este hecho. El club culé no tiene ningún sustituto de garantías para ocupar su posición, y el galo prácticamente no está teniendo descanso. Solo se ha perdido un encuentro esta temporada y es el tercer jugador de toda la plantilla que más minutos ha disputado (1721), solo por detrás de Ter Stegen y Piqué. No obstante, ante el Athletic de Bilbao en Copa del Rey fue la gran sorpresa al empezar el duelo desde el banquillo. Y el equipo echó en falta su profundidad en la zona ofensiva.
Suplente ante el Athletic
La suplencia de Griezmann en San Mamés estuvo más que justificada, y más después de analizar la enorme carga de minutos que acumula el francés este curso. Pero eso no quita que se trataba de un duelo clave, y el ex del Atlético no disfrutó viendo el encuentro desde el banquillo. De hecho, si fuese sido por él, no hubiese descansado y hubiese salido de inicio. Sobre todo, porque el equipo notó en exceso su baja en la primera mitad.
Con el empate a cero, Setién decidió sacar a Griezmann en el minuto 66 para tratar de revolucionar el choque. Y estuvo a punto de conseguirlo, ya que el francés tuvo en sus botas una de las mejores ocasiones del partido, pero tras un pase de la muerte de Messi, su disparó acabó contra el cuerpo del guardameta Unai Simón.
Griezmann, en el choque ante el Athletic | EFE
El equipo fue capaz de poner una marcha más con la entrada del delantero al campo. Un hecho que volvió a demostrar la importancia de Griezmann en el Barça. Ahora, habrá que ver si consigue aguantar todo lo que queda de temporada a este ritmo, o queda perjudicado en exceso en la parte final del curso por la enorme carga de minutos que acumula.