El príncipe de copas se impuso al Rey. Los leones de San Mamés, campeones de la Copa en 23 ocasiones, rugieron para ahuyentar al máximo campeón del torneo del KO, con 30 títulos. Y lo consiguieron sobre la bocina, in extremis y con lo que vulgarmente se denomina “chiripa”.
El Barça fue superior al Athletic, aunque sufrió horrores para superar la asfixiante línea de presión ideada por Garitano. Ter Stegen estuvo peor que nunca con los pies. Impreciso e inseguro, regaló las ocasiones más claras a la escuadra rojiblanca, que solamente generó peligro mediante la presión y en un aislado centro a la olla que terminó en el fondo de las mallas.
Las ocasiones perdonadas por Griezmann y Messi, junto a un obvio penalti no señalado sobre De Jong, dejaron vendido a un Barça que dominó y dejó buenas sensaciones de fútbol. Los azulgranas terminaron con idéntico resultado (1-0) que en la anterior visita liguera, en agosto. La inteligencia del club consistirá en salir reforzados para centrarse en la Liga y la Champions.
El nefasto negocio de Rubiales
Esta es la épica que pretendía Rubiales con la nueva Copa del Rey. El resultado fue, precisamente, el que durante los últimos años buscaba evitar un Ángel María Villar que pensaba más en términos de negocio que en fútbol: con ida y vuelta es más fácil garantizar que los grandes lleguen a la final. A un partido te quedas con las cuatro cenicientas y sin la audiencia.
Iñaki Williams celebrando el gol que elimina al Barça / EFE
El Barça dijo adiós a la final de Copa tras seis años consecutivos plantándose en el partido decisivo para el título. Los azulgranas lo levantaron en cuatro ocasiones pero este año lo pelearán Athletic, Granada, Mirandés y Real Sociedad, el verdugo del Real Madrid.
'Matagigantes' vascos
Los clubes vascos fueron matagigantes por un día y ahora aspiran a celebrar una final épica en forma de derbi vasco para la que necesitarán la fortuna de los bombos y la certeza en semifinales. Aunque en Bilbao ya hablaban de sacar La Gabarra, lo cierto es que el favorito es la Real Sociedad, que humilló al Madrid en el Bernabéu con cuatro goles.
Isaak celebra su gol que silenció al Real Madrid en el Bernabéu | EFE
Dos triunfos épicos que comportaron derrotas menos dolorosas de lo esperado, especialmente si se tienen en cuenta las cifras presupuestarias. El Madrid y el Barça se despiden de la Copa el mismo día y, desde ya, siguen caminos paralelos para dedicarse en cuerpo y alma a sus verdaderos objetivos en España y Europa. La auténtica guerra arranca ahora.