Este Barça empieza a carburar, pero le queda mucho camino por delante. Los azulgranas firmaron una muy buena primera parte contra el Levante (2-1) y llegaron con dos goles de ventaja al descanso. La conexión de Ansu Fati con Leo Messi fue letal para dejar encarrilado el partido.
Quique Setién reconoció en rueda de prensa que “en el descanso podríamos haber ido 5-0” pero la verdad es que los dos goles de margen de los locales se le hizo corto. El segundo tiempo fue de los granotas y consiguieron reducir las diferencias e incluso hicieron méritos para empatar.
El fortín
Los tres puntos no se escaparon de Barcelona a pesar de los arreones finales de los visitantes y de las desconexiones habituales de la línea defensiva. La falta de acierto y un buen Ter Stegen fueron los causantes que este lunes las portadas de los periódicos no destacaran la fragilidad defensiva de los blaugranas.
Ansu Fati y Leo Messi celebrando la victoria en el Camp Nou / FC Barcelona
De momento, las estadísticas en casa de Setién son muy buenas. Han ganado los tres partidos disputados -Granada (1-0), Leganés (5-0) y Levante (2-1)- con un balance en el Camp Nou de ocho goles a favor y uno en contra. En cambio, fuera de casa, los resultados han sido diferentes: 1-2 contra el Ibiza y 0-2 contra el Valencia. Ya tienen su fortín.
El sistema tradicional
Cuando los jugadores del Barça juegan en casa muestran un plus y una seguridad que lejos de Barcelona cuesta de ver. También ayuda el hecho que el cántabro haya olvidado de momento el sistema de sus tres primeros partidos, el 3-5-2, y apueste por el tradicional 4-3-3. Desde las categorías inferiores es el sistema que se practica.
Con esta ubicación de los jugadores, se generan más espacios para sorprender a los rivales. Las bandas no están ocupadas y allí pueden aparecer los extremos y laterales por sorpresa. Nelson Semedo fue el ejemplo vivo de ello en la derecha mientras que en la izquierda cabe destacar la profundidad de Ansu Fati.
Quique Setién dirigiendo el Barça-Levante / FC Barcelona
Si algo ha quedado claro estas primeras semanas con el nuevo técnico es que estos futbolistas rinden mejor con el 4-3-3, que se conocen de memoria, que con el 3-5-2, un sistema con más posesión, pero más vulnerables en defensa. Aunque todo apunta que volveremos a verlo aplicado, de momento el equipo está firmando buenos minutos y resultados positivos.
Las dos pruebas de fuego
El único gran partido que ha dirigido Quique Setién ha sido el Valencia-Barça de la semana pasada. Este jueves tiene otra prueba de fuego y fuera de casa: San Mamés. Los culés se juegan el pase a semifinales de la Copa del Rey contra el Athletic Club, con quien ya perdieron el primer partido liguero (1-0).
También se avecina difícil el partido contra el Real Betis el próximo domingo en el Benito Villamarín. Aunque no están firmando la mejor temporada de los últimos años es un equipo muy vertical que castiga los errores de los rivales. No estará Piqué -por sanción- y, con la liga en juego, es una auténtica final antes de que vuelva la Champions League.