La victoria del FC Barcelona frente al Levante este domingo empezó en los pies de Leo Messi y terminó en los de Ansu Fati. Los dos goles del conjunto azulgrana ante los granotas tuvieron el mismo origen y final. El delantero argentino dio las dos asistencias, la primera magnífica, y el joven futbolista fue quien se encargó de batir a Aitor Fernández.
Pero más allá de los dos tantos, el 10 y el 31 volvieron a demostrar que se entienden a la perfección. Se buscaron constantemente en el frente de ataque y su conexión puso en aprietos al Levante. Una sociedad que ilusiona al barcelonismo pero que, por otra parte, deja un gran perjudicado: Antoine Griezmann.
Desaparecido
El delantero francés volvió a su peor versión en el choque de este domingo. Entró muy poco en juego y no se encontró cómodo ni en el carril del centro ni en la banda derecha. No supuso ningún peligro para la defensa granota, más preocupada por lo que podían inventar Leo Messi y Ansu Fati.
Rakitic, Griezmann y Busquets, en una acción defensiva del Barça-Levante / EFE
Sus acompañantes en el frente de ataque no le buscaron en exceso. Tanto el argentino como el hispanobisauguineano conectaban antes entre ellos que con Griezmann. Algo que provocó que el ariete galo estuviera algo desaparecido y apenas tuviera incidencia en el juego que plasmó el FC Barcelona.
Por si fuera poco, el delantero francés desperdició la única ocasión que tuvo. Semedo llegó hasta línea de fondo tras sortear a varios rivales, miró hacia atrás, la puso para Antoine y éste, con todo a su favor en el área pequeña, envió el balón fuera. Ese fallo acabó por minar totalmente su confianza.
¿Casualidad?
Pese al mal partido que completó Griezmann contra el Levante, es exagerado encender las alarmas. Resulta evidente que la importancia del delantero francés en el equipo ha aumentado desde la llegada de Quique Setién. Participa más en el juego, está más cerca de Leo Messi y también del área contraria.
Griezmann celebra su gol ante el Leganés | FCB
Completó un buen encuentro frente al Granada, y se puso la capa de héroe en Ibiza para salvar al FC Barcelona con dos goles. En Valencia anduvo muy discreto, como el resto del equipo, y ante el Leganés en Copa del Rey volvió a marcar. Cabe esperar que la actuación del domingo no vaya más allá de la casualidad.
El Barça necesita al mejor Griezmann para aspirar a todos los títulos. El jueves, en San Mamés contra el Athletic Club, el delantero francés tendrá una primera oportunidad para redimirse.