El Barça quiere la Copa del Rey. El club azulgrana sigue adelante en la competición del KO, y lo hace con la ilusión y las fuerzas renovadas, después de vencer con claridad al Leganés (5-0). Los culés se olvidaron de los rumores de los últimos días y se dedicaron, desde el minuto 1, a hablar en el campo.
Además, amparados por un nuevo cambio táctico de Quique Setién, que decidió volver a los orígenes y recuperar el 4-3-3 con los dos laterales muy profundos; los futbolistas del conjunto catalán volvieron a encontrarse y a disfrutar encima del terreno de juego. Griezmann, Lenglet, Messi en dos ocasiones y Arthur dieron la victoria a los azulgranas, que estarán este viernes en el sorteo de los cuartos de final de la Copa.
Eliminatoria encarrilada por la vía rápida
Después de días de polémicas y rumores, con decisiones discutidas como la salida de los canteranos Carles Pérez y Abel Ruíz, o el hecho de finalmente no se opte por fichar a un delantero para ocupar la baja de Luis Suárez; era momento de que el Barça hablase en el campo. Y qué mejor lugar que en su casa, el Camp Nou.
La plantilla ya sabe que son los que son. No habrá ninguna incorporación más en el mercado de invierno. Y salieron ante el Leganés con la intención de demostrar que, pese a todo lo que se ha hablado en las últimas semanas, siguen siendo uno de los mejores equipos del mundo y disponen de un tridente ofensivo mágico que está dispuesto a liderar al conjunto azulgrana en la parte más exigente del curso.
Messi, Ansu Fati y Griezmann solo tardaron cuatro minutos en encontrarse. El tiempo que tardó el francés en adelantar a los culés tras una gran asistencia de Semedo. Una de las grandes noticias de la primera mitad fueron las constantes combinaciones entre los tres atacantes. Con el canterano encarando con descaro y valentía desde la parte izquierda del ataque; el capitán culé con total libertad y haciendo de timón del equipo por todo el terreno de juego y El Principito como principal referencia y desmarcándose de forma constante, el Barça volvió a ser reconocible en ataque.
Griezmann celebra su gol ante el Leganés | FCB
Además, los jugadores azulgranas se vieron favorecidos por el cambio en el sistema táctico. Setién dejó de lado su característico 3-5-2 para volver al 4-3-3 en ataque, con Semedo y Jordi Alba muy profundos. Con esta variaciónc, el conjunto culé volvió a los prígenes, y los futbolistas volvieron a sentirse cómodos sobre el terreno de juego.
Los futbolistas se encontraron y empezaron a entender cuál es su papel en el terreno de juego, y no dieron ninguna oportunidad al Leganés en una primera mitad muy seria y con algunos destellos que despertaron la ilusión al Camp Nou. Lenglet, tras un gran remate a la salida de un córner, aumentó la ventaja del conjunto culé, que prácticamente dejó la eliminatoria sentenciada por la vía rápida.
No bajan el ritmo
La primera parte del plan lo cumplió el Barça con buena nota en los 45 minutos iniciales: demostrar ímpetu, motivación y controlar el encuentro por completo. Hacer disfrutar a los 43.216 que se reunieron en el Camp Nou (la peor entrada de la temporada) y conseguir que se olvidasen de las desventuras de los últimos días. Una buena primera mitada coronada por dos goles que prácticamente sentenciaron la eliminatoria.
A los culés solo les quedaba pendiente en el segundo tiempo no caer en uno de los grandes errores que han cometido este curso: mostrarse bipolares y bajar tanto el ritmo que acaban permitiendo a los rivales meterse en el encuentro. Y en este sentido, ante el Leganés se notó la mano de Setién y que el técnico santanderino incedió en ese tema.
Con este disparo Messi marcó su primer gol ante el Leganés | EFE
El Barça no sacó el pie del acelerador en la segunda parte. Siguió teniendo el control total del partido, y no dejó de mirar a la portería rival, defendida por Cuéllar. Con un Leganés desasosegado, incapaz de ver el balón y con cada vez más futbolistas dedicados a la presión, los culés aprovecharon los huecos defensivos para aumentar su ventaja.
Leo Messi, al que le sonrió la fortuna, ya que su disparo final tocó en un defensa antes de entrar en la portería, puso el tercero. Minutos después, Arthur, que recibió una gran ovación por parte de la afición, aprovechó un rechaze de la defensa para unirse a la fiesta. La manita la certificó, quién sino, el capitán culé, que en el tiempo de descuento cerró el marcador tras una gran acción individual.
Vuelven las buenas sensaciones al Barça. Y lo hacen con la vuelta del equipo a los orígenes. Con el 4-3-3 tradicional, pero adaptado a las nuevas ideas de Quique Setién, los futbolistas demostraron confianza e ilusión contra el Leganés, y dieron un verdadero golpe sobre la mesa: no habrá nuevos fichajes, pero los que hay siguen siendo muy buenos.