El proyecto de Quique Setién pide calma. La automatización de conceptos y el cambio de dibujo son aspectos que no se cambian en dos días, requieren paciencia. Por otro lado, la exigencia de un club como el Barça pide resultados inmediatos. De este modo, el equipo y staff técnico se encuentran en una dicotomía sobre entre si insistir en la nueva idea o adaptarla al juego que desarrollaba Valverde.
Sorpresa desde el primer día
La llegada de Setién fue fulgurante. Desde el primer día quiso hacer una transformación radical que se ha plasmado, principalmente, en el cambio de dibujo hacia el 3-5-2. Tan claro lo tenía que así lo expresó en su primer discurso a la plantilla. Según Catalunya Ràdio, en el primer entrenamiento los jugadores se sorprendieron de la exigencia del nuevo técnico y algunos no entienden su nuevo rol en el sistema que ha imprimido por el momento. Por ejemplo, Sergi Roberto se queda como uno de los tres centrales mientras que Jordi Alba directamente se sitúa en posiciones avanzadas.
El distanciamiento, como ocurre habitualmente en los equipos, se ensancha cuando los resultados no acompañan. En este caso, la derrota en Mestalla y las posteriores declaraciones de Setién no han ayudado a encontrar la química. De forma pública, el técnico ha admitido que "igual los jugadores no interpretan bien algunas cosas", además de añadir la falta de profundidad.
Según el medio mencionado, las palabras de Quique en los últimos partidos no han sentado bien al vestuario, ya que creen que no se adecuan a las instrucciones del entrenador. Setién ha pedido evitar las pérdidas de balón, consciente de que desnudan el equipo y evidencian su fragilidad defensiva. De esta manera, los jugadores no han entendido estas declaraciones, en las que habla de pases sin sentido, porque creen que la necesidad es otra.
Primeras pruebas de fuego
Setién vive sus primeras dificultades nada más aterrizar en el banquillo culé. En sus equipos anteriores, tanto en Las Palmas como con el Betis, vimos como sí que en ocasiones cambiaba el dibujo sobre el campo pero que la idea de juego era la misma, incluso cuando los resultados no le acompañaban. Los próximos partidos, por lo tanto, serán cruciales para ver si insiste en su idea de juego o la modula a lo que quiere la plantilla.
La primera prueba será este jueves contra el Leganés en los octavos de final de la Copa del Rey, un partido donde habrá que ver si cuenta con los jugadores habituales o, de lo contrario, se decanta por los que gozan de menos minutos, así como otros del filial. La Liga volverá el domingo, nuevamente en casa, frente al Levante.