La andadura del FC Barcelona en Copa del Rey no podía empezar peor. Ya advertíamos en las horas previas del peligro que entrañaba el choque frente al Ibiza, y el peor de los presagios no ha tardado en cumplirse. Solo diez minutos después de que arrancara el encuentro, los locales se adelantaron en el marcador merced a Javi Pérez.
Setién aprovechó la teórica menor dificultad del duelo para hacer nuevas pruebas a nivel táctico. Lo más sorprendente del once, más allá de la presencia de Riqui Puig, fue la composición de la línea defensiva: con Piqué en Barcelona, los azulgranas partieron con Semedo, Roberto, Lenglet y Junior.
Disposición extraña
El experimento tomó una nueva dimensión cuando empezó el partido. Como sucediera en el choque frente al Granada, los catalanes formaron con 4-3-3 en ataque y 3-4-3 en defensa. Lo más notorio fue que la línea de tres en defensa la formaron Sergi Roberto, Clément Lenglet y Junior Firpo.
Nelson Semedo en Ibiza / EFE
Era Semedo quien hacía de lateral largo en ataque. Una decisión cuanto menos sorprendente. Si bien es cierto que el portugués tiene mayor velocidad y recorrido, no destaca por sus virtudes en ataque ni su manejo de balón. Además, es más rápido cuando debe retroceder, algo fundamental con la defensa de tres.
Teniendo en cuenta los puntos fuertes de unos y otros, Sergi Roberto podría haber intercambiado los roles con el luso. Es un futbolista que llega mejor a línea de fondo, que conduce mejor el balón y con mayor trascendencia cuando el esférico pasa por sus pies. Incluso Junior Firpo podría haber adoptado el papel de Semedo en el otro flanco.
Un solo central
Más allá de la posición y el desempeño de los laterales, otro de los aspectos sorprendentes ha sido la alineación de un único central: Clément Lenglet. El francés, acompañado por Junior y Sergi Roberto, ha sido el encargado de dar salida al esférico desde atrás en su debut con Quique Setién.
Sergi Roberto en el partido de Ibiza / EFE
Era un riesgo muy grande. Ni está acostumbrado a jugar como único central ni a hacerlo en una línea de tres. Además, se ha visto que no tiene la comunicación ni la conexión suficiente con sus compañeros de zaga. Ha jugado sin socios que pudieran cubrir los posibles errores que cometa al no estar adaptado al nuevo sistema.
Acabe como acabe el encuentro, resulta evidente que Setién se ha pasado de frenada. Hacer rotaciones era una posibilidad, y probar un nuevo esquema y nuevas ideas, otra. No es lógico hacer ambas cosas de forma simultánea y es algo que se ha demostrado en la primera mitad: transcurridos los primeros 45 minutos, el FC Barcelona no había realizado ni un solo tiro a puerta. El 1-0 era incluso corto.