Era un secreto a voces, pero al fin es oficial. Se demoró más de lo que cabía esperar en un inicio, pues el FC Barcelona advirtió que a las 21 horas de la noche emitiría un comunicado. Se esperaba la destitución de Ernesto Valverde. Y, si no se ha conocido antes, es porque el representante del Txingurri, Iñaki Ibáñez, se ha demorado en la firma del finiquito.
Pasadas las 23 horas, dos horas más tarde de lo prometido, el club azulgrana hizo oficial el adiós del preparador extremeño: "El FC Barcelona y Ernesto Valverde han llegado a un acuerdo para la rescisión del contrato con ambas partes", rezaba el comunicado, enviado conjuntamente con el anuncio del fichaje de Quique Setién.
"El club expresa públicamente su agradecimiento a Ernesto Valverde por la profesionalidad, el compromiso, la dedicación y el trato siempre positivo y cercano que ha mostrado siempre hacia todos los estamentos que conforman la familia azulgrana, y le desea suerte y muchos éxitos", concluía el escrito del FC Barcelona.
Breve, escueto y sin complicaciones. Más de dos años y después de su llegada al Camp Nou, Ernesto Valverde se marcha de él por la puerta de atrás. La entidad no ha sabido darle una despedida a su altura. Ni siquiera ofrecerá una rueda de prensa para despedirse de la afición. Las cosas se podían hacer mucho mejor.