El Barça volvió a hacer muestra de su enorme pegada y consiguió acabar el año con una victoria ante el Alavés (4-1) en el Camp Nou. Los azulgranas volvieron a hacer muestra de una clara bipolaridad, al protagonizar unos 15 minutos de ensueño. No obstante, tras adelantarse en el marcador, la intensidad de los azulgranas cambió por completo.
Arturo Vidal anotó el tanto de la tranquilidad justo antes del descanso, pero el Barça ya no era del de los primeros instantes. Los culés demostraron de nuevo una gran definición en un segunda mitad donde volvieron los fantasmas al Camp Nou, con el 2-1 de Pere Pons. Sin embargo, cuando peor estaban los hombres de Ernesto Valverde, apareció el de siempre, Leo Messi, para anotar el tercero.
Messi intenta superar a cuatro rivales del Alavés | EFE
Tras el gol del argentino, el Barça recuperó la seguridad y la tranquilidad. Y más después de que solo pocos minutos después, Luis Suárez aprovechase el regalo del astro de Rosario para certificar el triunfo con el cuarto.
La bipolaridad del Barça
Nueva muestra, esta vez ante el Alavés, de la bipolaridad del Barça de Ernesto Valverde. Los futbolistas culés empezaron el encuentro con la intención de recuperar sensaciones y hacer olvidar al Camp Nou el mal encuentro en el clásico. Así, no es una demencia decir que los primeros 15 minutos fueron de los mejores del conjunto azulgrana está temporada.
Velocidad de balón, desmarques de ruptura, juego entre líneas, presión, dominio inteligente del balón... Todo lo que se le pide al Barça lo puso en práctica en los primeros instantes del encuentro. Un dominio acaparador coronado por un gol de Griezmann que, en el minuto 14, puso por delante a los hombres de Valverde.
Griezmann celebra con Suárez y Arturo Vidal su gol | EFE
No obstante, con el tanto y al dominar no solo el juego, sino también el marcador, los culés cambiaron el chip. Como suele ser habitual, los futbolistas se acomodaron y, durante el resto de los primeros 45 minutos, el Barça bajó considerablemente el ritmo y el Alavés empezó a aparecer en el partido. Los vascos empezaron a tener más la pelota ante un conjunto culé que se refugiaba y buscaba hacer daño de forma vertical.
No obstante, si al Barça hay algo que no le falta este curso es pegada, como demuestra el hecho de que es el equipo que ha anotado más goles en la Liga. Así, cuando faltaban pocos segundos para llegar al descanso, Suárez emplazó una bonita asistencia a Arturo Vidal, que definió a la perfección. Un premio a los primeros 15 minutos inmensos de los culés, pero quizá un castigo demasiado duro para un Alavés que había conseguido cambiar el ritmo del encuentro.
Vuelven los fantasmas al Camp Nou
El segundo gol, y encima justo antes de la media parte, cayó como una verdadera losa para el equipo de Asier Garitano. Así, tras el paso por los vestuarios, el Barça inició la segunda mitad con un dominio aclaparador del balón pero sin hacer excesivo daño en el área de Pacheco.
De esta manera Pere Pons recortó distancias ante el Barça | EFE
La exagerada pasividad de los hombres de Ernesto Valverde con el marcador a favor estuvo a punto de costarle el encuentro. Y es que un Alavés moribundo, gracias a Pere Pons, aprovechó un centro por la banda izquierda para reducir distancias en el electrónico. Y volvieron los fantasmas al Camp Nou.
Y Messi apareció para rescatar del Barça
El tanto dejó totalmente descolocado al Barça, que ya sentía que el partido era completamente suyo. Así, los azulgranas demostraron durante muchos minutos un capacidad de reacción nula y vieron como el conjunto vasco estuvo a punto de empatar el partido en diferentes ocasiones.
Sin embargo, y como ha pasado ya muchas veces este curso, el conjunto culé tiene la suerte de contar con un futbolista único, capaz de decidir los partidos en una décima de segundo: Leo Messi. El argentino, que no estaba haciendo un partido muy destacado, apareció para rescatar al Barça (de nuevo). El 10 culé se sacó un disparo colocado con su pierna izquierda ante el que nada pudo hacer Pacheco, para certificar su tanto 50 en el año natural por novena vez en su carrera.
Messi celebra con Griezmann su tanto ante el Alavés | EFE
El partido se puso completamente de cara al Barça solo un par de minutos después, cuando el colegiado, tras consultar con el VAR, señaló un penalti a favor de los culés. Messi cedió el lanzamiento a su amigo Luis Suárez, que estaba siendo protagonista al repartir tres asistencias, y el uruguayo no desaprovechó el presente para sumar su décimo gol en Liga y certificar el liderato de los culés para acabar el año.
Un centro del campo inédito que funcionó
La gran sorpresa de la noche surgió una hora antes del encuentro. Ernesto Valverde decidió dar descanso a Rakitic y De Jong, que venían de jugar muchos minutos, y apostó por un centro del campo inédito que funcionó muy bien, sobre todo al inicio del partido.
Busquets, que se había perdido el clásico por fiebre, volvió a la titularidad como mediocentro defensivo. Y le acompañaron un Carles Aleñá que jugó de interior izquierdo, y proporcionó muchos balones profundos a los delanteros; y un Arturo Vidal que anotó el segundo del encuentro y buscó constantemente el romper la defensa del Alavés con entradas desde segunda línea.
Carles Aleñá fue titular ante el Alavés | EFE
Un centro del campo con los papeles y las funciones muy marcadas, con cada futbolista haciendo a la perfección lo que le exigía el técnico azulgrana, y que se compenetraron a la perfección.