A tan solo cuatro días para la disputa del clásico, el FC Barcelona visitó Anoeta, probablemente el estadio en el que presenta peores resultados en esta última década. En las últimas diez visitas, el conjunto azulgrana ha cosechado cinco derrotas, tres empates (incluido el del sábado) y dos victorias.
Era un partido importante, tanto a nivel clasificatorio como en el aspecto moral. Una victoria significaba asegurar el liderato una jornada más, presionar al Real Madrid de cara al choque de Mestalla y llegar al clásico del Camp Nou con total confianza. Vencer en Anoeta siempre aporta un extra de seguridad al equipo.
Otra vez
Como si no fuera consciente de los malos precedentes y de la relevancia del encuentro, el conjunto azulgrana saltó al terreno del juego del Reale Seguros Stadium algo dormido, como viene siendo habitual en los choques que disputa fuera de casa. La Real Sociedad se hizo con el control del esférico y abrió el marcador muy pronto.
En el 11', después de que Oyarzabal transformara el penalti que Busquets había cometido sobre Diego Llorente. El FC Barcelona acabó dándole la vuelta al marcador y completó una buena última hora de partido, pero eso no quita que no empiece a ser preocupante la cifra de goles que reciben los de Valverde en los primeros minutos de los duelos que se disputan lejos del Camp Nou.
Oyarzabal fue el cuarto jugador que anota un gol al cuadro catalán en el primer cuarto de hora del choque. Cuatro tantos en nueve jornadas de Liga fuera de casa. Una estadística que no hace más que evidenciar que el FC Barcelona salta al terreno de juego dormido, despistado, y se va conectando al partido a medida que pasan los minutos.
Quinta vez
El primero en marcar un tanto tempranero a los del Txingurri fue Roberto Torres, de Osasuna. Como sucediera en Anoeta, el equipo catalán dio la vuelta al marcador, pero el propio Torres situó el definitivo empate a dos tras un penalti de Piqué. En Granada ni siquiera hubo respuesta. Azeez anotó en el 2' y Vadillo sentenció el partido desde el punto de penalti en el 66'.
Ter Stegen encajando el primer gol del Osasuna de El Sadar / Twitter
La única vez que el FC Barcelona ha logrado reponerse de un gol rival fue en el partido de Butarque. En-Nesiry adelantó al Leganés con un zurdazo soberbio que se coló en la escuadra de Ter Stegen. En la segunda mitad, Luis Suárez primero y Arturo Vidal después, tras sendas jugadas a balón parado, remontaron el partido.
A estos cuatro encuentros hay que sumar el de San Mamés. En este caso, sin embargo, el primer gol de los locales no llegó hasta el final del partido, y el conjunto azulgrana no tuvo tiempo para reaccionar. Los tantos tempraneros de los equipos rivales son una de las cuentas pendientes de este Barça de Valverde.