Si nada cambia, el Camp Nou vivirá este miércoles el primer clásico de la temporada. FC Barcelona y Real Madrid llegan al duelo empatados en lo más alto de la clasificación con 35 puntos cada uno. El conjunto azulgrana tropezó en el siempre complicado feudo de Anoeta (2-2). Los blancos copiaron el signo del resultado en Mestalla (1-1).

Será uno de los partidos más igualados de los últimos años y todo parece indicar que se decidirá con pequeños detalles. Jugarán un papel muy importante, obviamente, los técnicos de ambos equipos, Ernesto Valverde y Zinedine Zidane. Criticados en el arranque de la temporada por los malos resultados y sensaciones de sus clubes, ahora tendrán la llave para resolver el clásico.

La táctica

Uno de los aspectos clave del encuentro serán los planteamientos y propuestas de FC Barcelona y Real Madrid. El que logre imponer su idea por encima de la del otro tendrá mucho ganado. Visto el juego plasmado por la entidad de Chamartín estas últimas semanas, el conjunto azulgrana podría hacer daño a los de Zizou con un arma poco habitual: el contraataque.

Zidane y Valverde en un clásico / EFE

Zidane y Valverde en un clásico / EFE

A diferencia de lo que sucedía en anteriores temporadas, este año los blancos apuestan por dominar el esférico y hacerse con el control del partido. Modric, Kroos, Valverde e incluso Isco son jugadores que se adaptan a la perfección al juego de toque y parece complicado que el Barça, con Busquets, Rakitic y De Jong, pueda arrebatarles el esférico la mayor parte del tiempo.

La apuesta por tener la pelota provoca que el Real Madrid deje muchos espacios atrás, como se vio en el choque contra el Valencia. Ferran Torres tuvo dos excelentes oportunidades para adelantar a los suyos en el marcador. El gol de Soler también llegó después de una rápida transición defensa-ataque.

Letales

Si bien el FC Barcelona sigue intentando dominar la posesión, cuando no lo hace también se encuentra cómodo. Ejemplo de ello es el partido ante la Real Sociedad, en que el conjunto txuri-urdin tuvo el balón el 53% del tiempo. En Anoeta se vio, precisamente, que los azulgranas cuentan con amenazas muy peligrosas para hacer daño al contraataque.

Antoine Griezmann trata de defender a Willian José, en un duelo entre el Barça y la Real Sociedad / EFE

Griezmann defiende a Willian José / EFE

Es uno de los puntos fuertes de Griezmann, acostumbrado a jugar en equipos que no tienen el esférico como el Atlético de Madrid o la propia Real SociedadLuis Suárez es un delantero que rara vez perdona y Messi tiene uno de los cambios de ritmo más poderosos del mundo. Tras ellos, jugadores como Busquets, De Jong, incluso Ter Stegen o el propio Messi pueden poner balones óptimos para lanzar el contraataque.

Se han cambiado las tornas. Los Barça-Madrid de Mourinho y Guardiola se caracterizaban por las posesiones eternas de los catalanes y los contragolpes feroces de los blancos. Este miércoles los de Chamartín podrían apostar por tener la pelota y los de Valverde, por hacer daño a través de transiciones rápidas.