Los éxitos que ha cosechado el FC Barcelona en la última década no se entienden sin tener en cuenta la figura de Sergio Busquets. El de Badia del Vallès subió al primer equipo de la mano de Pep Guardiola en verano de 2008. Se convirtió en una pieza clave en los primeros partidos y, a mediados de temporada, ya era imprescindible.

Han pasado los años, han cambiado los entrenadores, pero el centrocampista catalán sigue siendo intocable. Con Guardiola, con Vilanova, con el Tata Martino, con Luis Enrique y, ahora, con Valverde. El pasado verano el club azulgrana fichó un reemplazo para él, Frenkie de Jong, pero por el momento comparten terreno de juego.

Error

Si bien sigue rindiendo a un gran nivel, su físico ya no es el de antaño. Lo que provoca que sufra ante todos aquellos equipos que tratan de imponer un ritmo de juego muy elevado, que apuestan por jugar al ida y vuelta y logran quitar la posesión del balón al FC Barcelona. Es decir, conjuntos como la Real Sociedad.

Martin Odegaard supera a Busquets / EFE

Martin Odegaard supera a Busquets / EFE

Busquets completó un encuentro muy discreto en Anoeta. No pudo contener a Odegaard, tampoco a Merino. Más allá de que no fue su mejor partido, el de Badia del Vallès cometió un error impropio en él que provocó el primer gol de la Real SociedadAlberola Rojas lo cazó mientras agarraba a Diego Llorente en el área y señaló penalti. Oyarzabal transformó engañando a Ter Stegen.

Enfado

El no compartía la decisión del colegiado y así lo demostró, protestando y conversando con él, como si eso fuera a solucionar su error. No fue la única vez que Sergio se las tuvo con el árbitro castellanomanchego. También se quejó tras una falta cometida sobre Odegaard, al considerar que había tocado el esférico.

Mikel Oyarzabal conduce el esférico antes Busquets / EFE

Mikel Oyarzabal conduce el esférico antes Busquets / EFE

Las protestas se alargaron hasta el túnel de vestuarios. La televisión mostró como Busquets seguía conversando con Alberola Rojas, pero siempre con cuidado y consciente de que hay un clásico a la vuelta de la esquina. Pese a que estaba visiblemente enfadado, tuvo la cabeza fría y se supo contener.

No lo hizo en la zona mixta. Con los medios de comunicación sí se quejó airadamente sobre el penalti no pitado sobre Piqué en el último minuto del encuentro. "Creo que el árbitro lo ha visto y no lo ha querido pitar", sentenció Busquets.