Poco a poco, parece que el Barça empieza a alejarse del deficiente nivel de juego mostrado en muchos partidos del arranque de curso, y está empezando a mostrar una gran autoridad y fluidez en el terreno de juego.
El conjunto azulgrana fue protagonista de muchos encuentros donde no consiguió encontrarse, no sabía a qué jugaba y se vio superado tanto por juego como por actitud por rivales teóricamente muy inferiores, como Granada o Levante. Sin embargo, parece que los culés han dejado ya ese bache atrás y se encuentran inmersos en una notable racha tanto de resultados como de juego.
Los hombres de Ernesto Valverde suman cinco victorias consecutivas donde no solo se han llevado los tres puntos, sino que se han mostrado muy serios y con una gran fluidez ofensiva. Triunfos muy convincentes donde los azulgranas han conseguido anotar 17 goles y solo han recibido seis.
Además, hay que destacar que esta buena dinámica la han conseguido ante rivales de gran calibre, como Atlético de Madrid en el Wanda Metropolitano; o Borussia e Inter de Milán en Champions. Una destacada racha que coincide con la presencia en el equipo de uno de los futbolistas que vivó en el ostracismo el inicio de curso, pero está volviendo a ser importante en los esquemas de Valverde: Iván Rakitic.
Crece junto al equipo
El caso de Rakitic es uno de los más enigmáticos de este comienzo de temporada. Tras ser una pieza indispensable desde que llegó al club, el croata empezó el año viendo casi todos los encuentros desde el banquillo o desde la grada.
Su falta de intensidad en los entrenamientos o el hecho de no haber dejado el equipo en verano tras la llegada de De Jong podrían ser los motivos que provocaron el descontento del técnico culé con él.
No obstante, al llegar los encuentros importantes, y donde el Barça se jugaba la vida; Valverde decidió incluirle de nuevo en las alineaciones y el croata demostró que sigue siendo una pieza importante en este equipo. Pese a no ser el jugador más técnico ni más pulcro; dota de una gran estabilidad y equilibrio al equipo, sabe dónde colocarse en cada situación, y su presencia está comportando una mejora sustancial en el juego culé.
Ivan Rakitic jugando contra el Borussia Dortmund / FC Barcelona
No es casualidad que los mejores partidos del conjunto azulgrana este curso hayan sido con Rakitic comandando el centro del campo. El ex del Sevilla conoce a la perfección la manera de jugar del equipo, y qué necesitan sus compañeros en cada instante. Una adaptabilidad que, de momento, no han conseguido asumir otros futbolistas del centro del campo como Arturo Vidal o Arthur.
La situación en el centro del campo
Así, parece que ahora mismo Rakitic está por encima de Arturo Vidal, Arthur y Aleñá de cara a cubrir una de las posiciones del centro del campo. Busquets y De Jong son fijos, y entre ellos cuatro se tendrán que disputar el hueco que falta.
No obstante, parece que el overbooking con el que cuenta el Barça para las posiciones centrales podría aligerarse en el próximo mercado de invierno. Aunque el croata era el que tenía más papeletas para marcharse; tras el cambio de rumbo que ha dado su situación, el club quiere mantenerle hasta verano como mínimo.
Arthur, pese a sus problemas físicos y sus diferencias con Valverde este curso, sigue siendo una de las grandes apuestas del Barça de cara al futuro. Así, todo parece indicar que el chileno, pese a que es un perfil interesante para el técnico culé de cara a los finales apretados, es el futbolista que tendría más opciones de dejar el equipo.
Una foto de Riqui Puig y Carles Aleñá en un entrenamiento del Barça / FCB
Finalmente, parece que los dos canteranos Carles Aleña y Riqui Puig podrían finalmente dejar el equipo como cedidos de cara a tener más oportunidades en otro equipo de Primera División. Eso sí, operaciones sin opción de compra, ya que el Barça estará atento a su evolución y cuenta con ellos de cara al futuro.
Así, parece que el cambio de rumbo de la situación de Rakitic ha permitido una gran mejora a nivel de resultados y de juego al equipo, pero ha descolocado por completo una realidad en el centro del campo que cada vez parece más abocada a su desaparición.