El Barça atropelló en los primeros 45 minutos al Mallorca en el Camp Nou. Los culés no querían ceder ni un milímetro al Real Madrid y en el minuto 7 ya ganaban a los locales. Posteriormente llegaría el hat-trick de Leo Messi y el golazo de jornada, de tacón, de Luis Suárez.
Los visitantes consiguieron marcar dos goles en dos acciones aisladas de los insulares. Lo intentaron, pero no consiguieron superar a la defensa culé. El más activo de la línea ofensiva fue Budimir, autor de dos goles, y Takefusa Kubo, extremo japonés de 18 años cedido del Real Madrid.
El joven nipón volvió a la que fue su casa durante cuatro temporadas. Jugó en las categorías inferiores de la Masía y tuvo que salir por la sanción de no poder fichar a menores de años. Volvió a su país a formarse como juvenil hasta ser mayor de edad y volver a Europa.
Florentino Pérez se interesó más que los azulgranas y lo firmaron el pasado verano. Es una de las promesas del fútbol europeo y decidieron que una cesión era la mejor opción para crecer en Primera División. Con el Mallorca ya está brillando y mostrando que será una de las figuras del futuro.
Pitidos y respuesta
El Camp Nou no perdonó la traición de Take Kubo y, cada vez que tocaba el esférico, lo castigaba con una sonada pitada. El jugador, lejos de achicarse, siguió participando y fue creciendo en el encuentro. Al finalizar el partido, quiso responder a los pitos del Camp Nou.
Take Kubo con Junior Firpo en el partido del Mallorca en el Camp Nou / EFE
“Los pitos son la decisión del público, igual que yo tomé mi decisión. Ellos tienen derecho a pitarme y creo que lo merecía, pero también había gente que me aplaudía y eso me daba fuerza”, respondió reconociendo esa motivación extra.
También se mostró satisfecho con ello pues “ellos te miran como un rival, no como a un chico de 18 años que lo puede estar haciendo más o menos bien. Yo estoy contento por eso”. El japonés es consciente del momento que vive y de las opciones que tiene. Su gran objetivo ahora es terminar en el Santiago Bernabéu.