El Barça no le cede ni un milímetro al Real Madrid, los culés salieron a por todas (5-2). No era un encuentro cualquiera, Leo Messi presentaba su sexto Balón de Oro ante la afición. El Camp Nou lo recibía como lo que es, el mejor futbolista del mundo. El argentino lo quería celebrar por todo lo alto, con un hat-trick y nadie le impidió.
Salió a dirigir el partido y todos sus compañeros pusieron su granito de arena. La presión del conjunto azulgrana provocó que fueran superiores desde el primer minuto. Bien colocados sobre el verde y con el objetivo de decidir el encuentro cuanto antes. En ningún momento del primer tiempo el Mallorca inquietó lo más mínimo el área de Ter Stegen excepto en una jugada aislada de Budimir.
Leo Messi celebrando su primer gol contra el Mallorca / EFE
El primer tanto no tardaba en llegar. En el minuto siete, el arquero alemán se vestía de asistente y dejaba solo a Antoine Griezmann frente a Manolo Reina. Lo superaba con una bonita vaselina. 10 minutos más tarde empezaba el recital goleador del astro argentino.
El Barça de Ernesto Valverde firmó el mejor partido de lo que llevamos de temporada. No les dieron ninguna opción y fueron superiores del primer al último minuto. Igualan así al Madrid como líderes de Primera División y dejan a los insulares tocados de muerte, al borde de plazas de descenso (17).
Un detalle que ya echábamos de menos es que los azulgranas terminaron el partido con seis canteranos sobre el verde: Piqué, Sergi Roberto, Busquets, Aleñá, Carles Pérez y Messi. Cuatro de ellos salieron de inicio mientras que los dos jóvenes del primer equipo entraron en la segunda parte.
Balón de Oro
Leo Messi ponía su primer gol del encuentro tras una acción de ensueño, superando a un rival y fusilando desde la frontal del área. Entraba por toda la escuadra y el portero insular no pudo hacer nada. Por si quedaba alguna duda de quien es el mejor jugador del planeta, una nueva muestra de ello.
Leo Messi ofreciendo el Balón de Oro a la afición / EFE
Antes del descanso -en el minuto 41- volvería a ver portería con un cómodo disparo desde la frontal del área. Ivan Rakitic le dejaba el balón en bandeja y el 10 hacía un pase a la red como hizo el domingo pasado en el Wanda Metropolitano. Tercer gol del equipo y partido prácticamente encarrilado antes del descanso.
El tercer tanto dio la tranquilidad absoluta a los azulgranas. Un balón de Suárez terminaba con una fusilada de Leo Messi. El argentino celebró por todo lo alto su sexto Balón de Oro, otro hat-trick en su palmarés.
Suárez y Griezmann, invitados a la fiesta
El uruguayo y el francés querían participar en la fiesta de Messi y firmaron el mejor partido de los tres juntos sobre el verde. Se buscaron, se encontraron y vieron portería. Empezó la fiesta Antoine Griezmann con una gran acción ante Manolo Reina. Posteriormente, se visitó de asistente.
También volvió a maravillar Luis Suárez. El uruguayo se mostró muy participativo, yendo a los espacios y controlando las acciones ofensivas del equipo. En el 43 marcó uno de los goles de la jornada. Un pase de Frenkie de Jong terminaba con un golpeo de tacón y ponía el cuatro en el electrónico. Un festín del tridente.
Antoine Griezmann superando a Manolo Reina / EFE
Aunque se marcaron cinco tantos podría haber sido muchos más. Sobre todo, el charrúa tuvo tres goles más en el segundo tiempo, así como un mano a mano de francés. Se desaprovecharon las acciones y dieron vida a un Mallorca que se fue al descanso prácticamente hundido. El resultado no refleja la superioridad culé.
La conexión entre los tres empieza a ser muy buena y a ofrecer un gran rendimiento. Hay un dato que confirma ese sentimiento: siempre que el francés ha jugado acompañado de la dupla suramericana, ha marcado el tridente. Un dato que no puede pasar por alto teniendo en cuenta que apenas hace tres meses que comparten delantera. Un futuro esperanzador.
Dos desconexiones, dos goles
Lo que no ha cambiado de este Barça es la poca seguridad defensiva en algunos momentos. Dos desconexiones -una en la primera y otra en la segunda- terminaban con los goles de Budmir. El primero entró tras golpear en Piqué mientras que el segundo fue un balón dividido mal resuelto por Ter Stegen. Deberes pendientes.