El Barcelona mantuvo su buena racha fuera de casa con otra victoria a domicilio, en este caso, frente al Atlético de Madrid. El Wanda Metropolitano no es un estadio sencillo para los azulgranas y prueba de ello, es que el propio Leo Messi no había logrado marcar allí hasta el pasado domingo.
Más allá de sumar tres puntos de oro que le mantienen en lo más alto de la clasificación, el Barcelona tuvo que lidiar con diversos factores en su contra. Para empezar, disputar un partido lejos de casa ya supone un añadido. La afición contraria nunca hace sentir cómodo al rival, y la grada rojiblanca no quiso ser menos. Aunque terminara pasándose de revoluciones.
Los canticos contra Griezmann, que pisaba por primera vez el feudo rojiblanco desde que se marchara para fichar por el Barça, mancharon en cierto modo el espectáculo entre dos grandes equipos. Para los de Valverde, el duelo ante los madrileños fue todo un ejercicio de superación, un golpe sobre la mesa al más puro estilo de campeón, pero para ello, los culés tuvieron que picar piedra.
Los del Cholo Simeone no pusieron las cosas fáciles y con la colaboración especial de un viejo conocido como es Mateu Lahoz, el esperpento estaba servido.
Los colchoneros, más allá de sus ocasiones de gol, también estuvieron por la labor de machacar físicamente al Barcelona. Nada nuevo por parte de los locales. Y nada nuevo por parte de Lahoz, quien consintió este tipo de jugadas, algunas de las cuales terminaron sin sanción.
Corren riesgo de multa
Con todo esto, el Barça visitó el Wanda Metropolitano en busca de recuperar un liderato que momentáneamente, le había arrebatado el Real Madrid, tras vencer en su duelo contra el Alavés. Los culés se plantaron en la capital sin laterales titulares, pues tanto Semedo, como Jordi Alba siguen de baja por lesión. En el puesto del defensa catalán, Junior Firpo fue el elegido, no obstante, el dominicano cuajó un partido terrible y hasta se marchó del verde con bronca de Messi incluida. El ex del Betis estuvo desubicado durante todo el encuentro y ante su evidente descontrol, a punto estuvo de marcarse un gol en propia puerta.
Además de los lesionados, Sergio Busquets tampoco estuvo presente en el Wanda. El de Badia del Vallés se quedó en Barcelona por acumulación de tarjetas, por lo que cedió su puesto en el centro del campo a un desaparecido Arthur.
Dembelé, lesionado de gravedad, tampoco pudo estar a disposición de Valverde y pese a que el francés sigue sin mostrar su mejor versión, lo poco que aporta al equipo siempre juega a favor de los azulgranas.
Mención especial tienen los objetos que volaron desde la grada hasta el césped, con el único objetivo de alcanzar a alguno de los futbolistas del Barça. Entre ellos, se pudieron observar mecheros, botellas e incluso un paraguas plegable dirigido a Messi, cuando este celebraba su gol.
Finalmente, el Barcelona logró romper la muralla rojiblanca con otra genialidad de Messi, que supero a Jan Oblak con un disparo desde la frontal del área. El tanto del argentino pondría punto final a un duelo en el que los culés volvieron a sacar tirar de orgullo, y en medio de la intensa lluvia que bañaba Madrid en la noche del pasado domingo.