Gerard Piqué es uno de los pilares sobre los que se ha fundamentado el éxito del FC Barcelona en la última década. Fue una apuesta de Pep Guardiola cuando aterrizó en el banquillo y se convirtió en imprescindible desde el primer momento. Ha sido intocable con el de Santpedor, Tito Vilanova, Tata Martino, Luis Enrique y, ahora, Ernesto Valverde.
Ha sido el bastión sobre el que se ha sustentado el equipo en las últimas 12 temporadas. Este curso, como no podía ser de otra manera, lo sigue siendo. Su velocidad, su capacidad para rectificar y su gran salida de balón desde atrás es vital en un conjunto como el FC Barcelona. Sin él no se entenderían los títulos azulgranas de los últimos años.
Inicio complicado
Como ha sucedido con otros pesos pesados de la plantilla, el rendimiento de Piqué en este inicio de campaña ha sido cuestionado. En algunos encuentros le ha costado retroceder, no se le ha visto del todo cómodo y ha salido en la foto de algunos de los goles rivales. Hay un dato que muestra, de forma inconfundible, que el futbolista catalán está sufriendo en el eje de la zaga.
Gerard Piqué controlando el juego aéreo del Atlético de Madrid / EFE
Gerard ha visto 10 amarillas en 17 partidos. Siete en Liga y otras tres en Champions. La última la vio en el duelo del pasado domingo contra el Atlético de Madrid tras derribar a Joao Félix, que le había superado tirándole un caño. Se jugó la segunda al cortar un contrataque de Morata, pero Mateu Lahoz se la perdonó.
Hay varios motivos para explicar este dato. Por un lado, en el aspecto deportivo, muchas veces es el encargado de cortar los contrataques cuando sus compañeros pierden el esférico. Por el otro, algunos creen que se debe a que su faceta de empresario le distrae y le quita tiempo del fútbol. Él mismo reconoció que tiene poco tiempo de descanso, pero ha recalcado en más de una ocasión que está centrado en el Barça.
Camino de récord
No es habitual que Piqué presente unas cifras de amonestaciones tan elevadas. Sin ir más lejos, la pasada temporada vio tres cartulinas menos de las que acumula actualmente. De las siete amarillas en 52 partidos ha pasado a las 10 en 17. Ya se ha perdido un partido de Liga y otro de Champions por acumulación.
Gerard Piqué controlando a Morata en el Atlético-Barça / EFE
Estas 10 tarjetas suponen la quinta cifra más elevada en una temporada de su carrera. El récord pertenece al curso 2015-16, cuando vio 17 amarillas. Vio 14 en la 2010-11, 13 en la 2009-10 y 12 en la 2017-18. En las campañas 2012-13 y 2014-15, por otro lado, recibió las mismas en todo el año que las que lleva en este arranque de ejercicio.
Si siguiera con esta progresión, Piqué batiría, y por mucho, su registro más elevado de tarjetas amarillas en una sola temporada. Si bien es cierto que no ha cometido ningún error grave sobre el terreno de juego, resulta evidente que en determinados encuentros está sufriendo. Y no hay mejor dato para evidenciarlo que las 10 cartulinas en 17 partidos.