Victoria que vale más de tres puntos. El Barça recuperó el liderato en Liga tras vencer al Atlético de Madrid (0-1) en un partido disputadísimo y que acabó decidiendo el de siempre: Leo Messi. Los azulgranas empezaron el partido con muchos problemas al no poder superar la presión adelantada de los hombres del Cholo Simeone, pero con el paso de los minutos empezaron a sentirse más cómodos soobre el campo.
Tras el paso por los vestuarios, el partido se convirtió en un correcalles, y con espacios, un Messi imparable consiguió superar a Oblak tras una gran combinación con Suárez para dar unos tres puntos de oro al conjunto azulgrana.
Salvador Ter Stegen
Nadie dijo que iba a ser fácil. El Barça, que venía de hacer su mejor primera parte del curso ante el Borussia, volvió a demostrar en el inicio del encuentro ante el Atlético de Madrid muchas de las carencias que están acompañando al equipo en esta temporada. Los hombres del Cholo Simeone empezaron el encuentro con mucha motivación, superaron a los culés tanto en intensidad como en ritmo, e instauraron una presión muy adelantada que impedió por completo las combinaciones interiores de los futbolistas azulgranas.
Los culés, arrinconados por la presión e intensidad rojiblanca, solo se salvaron gracias a Ter Stegen. El alemán se vistió de santo en dos ocasiones para sacar dos manos providenciales y evitar así que los azulgranas se pusiese por detrás en el marcador, como ya pasó en las dos últimas temporadas.
Ter Stegen, con una intervención crucial ante el Atlético | EFE
Sin embargo, con el paso de los minutos el Barça empezó a mostrarse más desinhibido sobre todo en ataque. Los colchoneros pagaron caro su enorme desgaste y esfuerzo de los primeros compases, y los delanteros azulgranas se encontraron con más espacios en la parcela ofensiva. Suárez, con un gran disparo desde fuera del área; y Piqué, a la salida de un córner, estuvieron muy cerca de adelantar a los culés en la primera mitad. No obstante, en unos primeros 45 minutos muy intensos y disputados, el marcador no se movió y ambos equipos se marcharon a los vestuarios con la sensación de haber merecido más.
Messi saca al Barça del barro
Tras del paso por los vestidores, ambos equipos salieron al terreno de juego con la intención de no conformarse con el empate y buscar con todas sus fuerzas el tanto que les diese los tres puntos. El partido se convirtió en un verdadero correcalles con los dos conjuntos protagonizando un juego muy vertical y sin prácticamente control de balón. El Barça rehusó practicar su juego combinativo, se bajó al barró y se rebajó al nivel del Atlético de cara romper las tablas en el marcador.
Una estrategia arriesgada, pero que volvió a recordar que el equipo entrenado por Ernesto Valverde se encuentra en muchos partidos mucho más cómodo sin tener tanto control, pero con espacios para poder atacar rápidamente. Y este estilo es mucho más fácil de practicar si tienes en tus filas a un jugador como Messi, que con espacios es prácticamente imparable. El argentino salvó una vez más al Barça y volvió a demostrar por qué el Atlético es su víctima favorita. El 10 combinó perfectamente en la frontal con su amigo Suárez, y con un gran disparo con efecto, superó a Oblak.
Messi, celebrando su gol ante el Atlético | EFE
Un Atlético herido buscó el empate hasta la extenuación, pero esta vez el Barça sí estuvo acertado en defensa y consiguió defender con uñas y dientes una victoria que vale mucho más que tres puntos, y permite cerrar a los hombres de Valverde una semana de ensueño.
La vuelta de Griezmann al Wanda
Uno de los grandes focos de cara al partido era la vuelta de Antoine Griezmann al Wanda Metropolitano. Los aficionados recibieron al francés con un ambiente muy hostil y con una pitada monumental desde el momento que saltó al campo a calentar.
Griezmann, disputando un balón en su vuelta al Wanda | EFE
Al francés se le vio inquieto e incisivo, intentando combinar con sus compañeros del tridente de ataque y no dando por perdido ningún balón. Sin embargo, de cara a portería no estuvo del todo acertado. El Principito tuvo una gran oportunidad de adelantar a su equipo en el marcador tras una gran jugada de combinación, pero su volea se marchó muy por encima de la portería de Oblak.
El experimento del centro del campo
Valverde sabía que de cara al decisivo partido contra los colchoneros no podría contar con Sergio Busquets, que vio la quinta amonestación la semana pasada. Así, el técnico culé apostó por un centro del campo inédito formado por dos futbolistas que están teniendo un curso muy irregular: Rakitic y Arthur.
Los futbolistas tuvieron un partido discreto, perjudicados por el alto ritmo y el juego vertical que protagonizaron los dos equipos en busca del gol de la victoria. Ni el croata ni el brasileño fueron capaces de controlar el tempo del encuentro ni de aportar al Barça un poco de calma en muchos momentos que lo necesitaba el equipo.
Sin embargo, sí que destacó su recorrido y su esfuerzo a nivel defensivo. Pese a que son dos jugadores que no destacan por su velocidad, intentaron adaptarse al altísimo ritmo del partido y ayudar a sus compañeros tanto en ataque como en defensa.