Se acabó el parón de selecciones. FC Barcelona y Real Madrid vuelven a los terrenos de juego en dinámicas muy distintas. Los azulgranas despertaron dudas antes de la jornada FIFA al caer contra el Levante, empatar ante el Slavia y ganar con sufrimiento al Celta. Los blancos, en cambio, tras empatar frente al Betis, golearon y vencieron con comodidad a Galatasaray Eibar.

Ambos conjuntos afrontan ahora un bloque de ocho encuentros en apenas 30 días con un clásico como punto caliente. El objetivo de catalanes y madrileños es evidente: llegar a Navidad con buenas sensaciones, con el billete a octavos de final de la Champions certificado y con el liderazgo de la Liga bajo el brazo.

El calendario que les espera es infernal. El aplazamiento del clásico provoca que los de Valverde y Zidane se vean obligados a jugar un partido cada cuatro días de promedio. El único descanso que tendrán será la primera semana de diciembre, en la que no hay programados choques de Liga ni Champions.

Infernal

A decir verdad, los compromisos que esperan al FC Barcelona se antojan más exigentes que los que tiene por delante el Real Madrid. El conjunto azulgrana empezará el carrusel en Butarque, frente al Leganés, colista de la Liga. Los catalanes se medirán a un equipo que estrena entrenador, Javier Aguirre, y contra el que cayeron la pasada temporada (2-1).

Una foto de Antoine Griezmann y Gerard Piqué saludándose antes de un Barça - Atlético de Madrid / FCB

Una foto de Antoine Griezmann y Gerard Piqué saludándose antes de un Barça - Atlético de Madrid / FCB

El próximo miércoles recibirá al Borussia Dortmund en el Camp Nou en un duelo trascendental para sus aspiraciones en Champions. Si gana, sellará su clasificación a octavos como primero. Si empata o pierde, se complicará la vida. El fin de semana siguiente viajará hasta Madrid para enfrentarse al Atlético de Madrid en un duelo que siempre exige desgaste físico. Supondrá, además, el regreso de Griezmann a su antigua casa.

Posteriormente jugará en casa contra el Mallorca, en el que se antoja como el duelo más asequible del calendario. Entre semana se desplazará hasta el Giuseppe Meazza. Si hace los deberes contra el Borussia Dortmund, no habrá nada en juego. Si tropieza contra el cuadro alemán, estará obligado a ganar. Cuatro días después visitará Anoeta, un feudo siempre complicado. El 18 de diciembre se celebra el clásico en el Camp Nou y, justo antes del parón por Navidad, recibirá al Alavés en el Estadi. Calendario infernal.

Amable

Como decíamos antes, el calendario ha sido algo más amable con el Real Madrid. Este sábado jugará contra la Real Sociedad en el Santiago Bernabéu. El próximo martes será el PSG quien visite el coliseo blanco. En juego estará la primera posición del grupo. El siguiente fin de semana se desplazará hasta Mendizorroza para medirse al Alavés, con quien cayó la pasada temporada.

Odegaard, en un partido con la Real Sociedad | EFE

Odegaard, en un partido con la Real Sociedad | EFE

Luego recibirá al Espanyol antes de encadenar tres salidas consecutivas. La primera parada se producirá en Brujas, donde podría estar en juego o bien la primera posición del grupo o bien la clasificación. Posteriormente visitará Mestalla, tierra hostil para el cuadro blanco y, tres días después, viajará hasta Barcelona para disputar el clásico del 18 de diciembre. El 22 de diciembre cerrará su particular carrusel contra el Athletic en el Santiago Bernabéu.

Blaugranas y blancos comparten objetivo: poder celebrar una Navidad tranquila habiendo dejado buenas sensaciones y resultados previamente. El calendario tan apretado y el clásico pueden provocar que a más de uno se le atraganten los polvorones.