La agenda del Barcelona para el próximo mercado de fichajes ya cuenta con diversos candidatos, sin embargo, en las últimas horas, la posible llegada de uno de ellos se prevé complicada. Fabián Ruíz está en el punto de mira del club azulgrana desde hace un par de temporadas, cuando éste era jugador del Real Betis.
A día de hoy, el sevillano tiene contrato en vigor con el Nápoles hasta 2023, aunque los problemas internos del club italiano hacían pensar que su fichaje podría facilitarse. Los malos resultados cosechados por los italianos en la Serie A, tampoco vaticinaban el mejor de los futuros para Fabián, cuya mejora de convenio se hallaba en punto muerto.
Pero no todo es coser y cantar. El internacional con España es una pieza clave dentro del Nápoles y pese a la mala situación que se vive a modo institucional, el deseo prioritario del club es mejorar su ficha cuanto antes. Muchos son los equipos interesados en él y entre ellos, se encuentras Barça y Madrid.
Un futuro incierto
El contrato de Fabián expira en junio de 2023 y en el club son partidarios de ampliar los lazos con el jugador hasta 2025, para evitar una hipotética fuga. El sevillano no cuenta actualmente con ninguna cláusula de rescisión, aunque si algún equipo quisiera llevárselo, debería pagar entorno a los 60 millones de euros. Una cantidad que no supone un excesivo problema para las grandes entidades europeas, por lo que el Nápoles pretende blindarle elevando esa cifra hasta los 180 millones.
Si finalmente el club italiano termina por mejorar el contrato de Fabián, las opciones de hacerse con sus servicios caerían en picado para el Barça. Al equipo azulgrana no le vendría nada más las aportaciones de Fabián en el centro del campo, pues en vista de su estilo de juego, se asociaría perfectamente con Arthur y De Jong. Pero si el Nápoles acaba tasándole en 180 millones de euros, el sevillano quedará a años luz de las prioridades del Barcelona.