La evidencia de que Dembelé no termina de explotar dentro del Barcelona, ha generado que el francés incluso reciba abucheos por una parte de la afición azulgrana. Los seguidores culés están totalmente divididos en cuanto a la continuidad de Ousmane en el Barça, pues mientras unos opinan que ya se le ha dado suficiente crédito y que ha llegado la hora de desprenderse de él, otros tantos mantienen intacta la confianza en su progresión.
Dembelé ha dejado unos cuantos destellos de calidad desde que viste la elástica azulgrana, pero su falta de regularidad no permite a Valverde darle las oportunidades que el galo desearía. Al internacional con Francia se le ficho en 2017 por una cantidad de 150 millones de euros y hasta el día de hoy, el Barça no ha sido capaz de amortizar su elevado coste.
Una nueva ‘novia’ para Dembelé
Si el Barcelona decidirá deshacerse del jugador o no, es todavía una incógnita. Lo que sí queda claro es que en el caso de que la entidad catalana pusiera al francés en el mercado, no le faltarían pretendientes. Esta misma semana se ha hecho público el interés en Ousmane por parte de uno de los grandes de la Premier, según ha informado el diario inglés Daily Star Sport.
Nada más y nada menos que Pep Guardiola estaría dispuesto a tentar a Dembelé para llevárselo a su equipo. El Manchester City le necesitaría para reforzar aún más si cabe su potente delantera, en vistas de una probable salida de Leroy Sané, quien pondría rumbo a la Bundesliga.
La influencia de Pep
El club británico estaría buscando un jugador de garantías para relevar a Leroy y es cierto que talento no le falta a Dembelé. El único problema es que el futbolista francés no está sabiendo cómo sacarse el máximo rendimiento dentro de las filas del Barcelona y termina cada partido con los nervios de punta.
Son ya varios los clubes europeos que han mostrado interés por Dembelé, aunque desde el Barça se ve con mejores ojos la oferta propuesta por Guardiola. El francés no termina de responder a cuanto se esperaba de él desde su llegada a Can Barça y la paciencia, tanto por parte del club, como por parte de los aficionados, está a un solo paso de agotarse por completo.