Luis Suárez es un jugador que siempre que tiene minutos, lo deja todo dentro del terreno de juego. Disputa sin miedo cada balón y es una pesadilla constante para las defensas contrarias por su constante presión. Además, su acierto y su olfato goleador ha hecho que se gane grandes enemistades en el mundo del fútbol.
Este estilo de juego va en línea con su forma de ser como persona. Suárez es un inconformista y siempre está dando el 100% en todo, también en los entrenamientos. Un hecho que, cuando era joven, provocó importantes trifulcas y discusiones con algunos de sus compañeros.
Menosprecio con los jóvenes
En su etapa en el Liverpool, Luis Suárez no había conseguido todavía la madurez que está demostrando en sus años en el Camp Nou. El charrúa fue protagonista de duras expulsiones, entre la que destaca la de su mordisco a Chiellini con la selección uruguaya, y mostró una agresividad considerable en todos sus encuentros.
Suárez nunca ha sido un jugador extremadamente noble, pero durante sus años en Inglaterra todavía se le conocía más por sus faltas de respeto a compañeros y rivales. Un hecho que confirmó el actual capitán del Liverpool, Jordan Herdenson, que coincidió con el delantero en sus primeros años como profesional.
El inglés, que acababa de llegar a la ciudad de los Beatles con solo 20 años, procedente del Sunderland por 20 millones de euros, no tuvo una fácil adaptación a su nuevo equipo, en parte por culpa del carácter del uruguayo. Tal y como admitió en una entrevista en el podcast de Jamie Carragher, el uruguayo le quitó la confianza en los entrenamientos y le “menospreció” al dar sus primeros pasos en su carrera en Anfield.
El británico comentó a Carragher que le hacía sentir inferior durante los entrenamientos y le hacía “bromas persistentes” sobre su habilidad en las sesiones de trabajo. Un hecho que despertó muchas veces la agresividad de Henderson, que estuvo a punto de golpearle en varias ocasiones, tal y como él mismo explicó. “Él estaba ahí haciendo gestos con sus brazos y diciendo que qué estaba haciendo. Yo lo miraba y estaba listo para matarle”, señaló con resignación.
Mejora considerable en su forma de actuar
Tras el incidente con Chiellini, que le comportó una sanción de más de cuatro meses sin jugar, Suárez cambió completamente. El uruguayo fue consciente en su momento que ese castigo podría haber hecho que no fichase por el equipo de sus sueños, el Barça, y sirvió como punto de inflexión en la carrera del uruguayo. Así, tras ese momento, se ha podido ver a un Suárez igual de agresivo en el campo, pero sin tantas salidas de tonos ni problemas extradeportivos.
Incluso fue capaz de mejorar en su momento su relación con Henderson. Así lo reconoció el mismo mediocampista, que admitió que dejaron sus diferencias a un lado “y nuestra relación mejoró sustancialmente”. El inglés sentenció: “Yo intentaba hacerlo lo mejor que podía. Al final ser futbolista también es aguantar la crítica y a las personas que dudan de ti todo el tiempo”, admitió.