Desde que llegara al Barcelona en 2017 los destellos de calidad de Ousmane Dembelé han sido totalmente intermitentes. Si su cometido en la entidad azulgrana era hacer olvidar a Neymar y reforzar la delantera junto a Messi y Suárez, las cosas siguen sin funcionarle del todo bien. En el último duelo de Champions en el Camp Nou, Dembelé abandonó el campo entre silbidos de descontento por su mala actuación frente al Slavia.
Bien es verdad que el equipo en general no estuvo para nada a la altura de lo que se esperaba, pero la falta de chispa del jugador francés desesperó a la grada. En su lugar ingresó Ansu Fati, quien por el contrario, fue ampliamente ovacionado por los aficionados culés. Un hecho que debió encender las alarmas en Dembelé avisándole de que debía reaccionar mejor pronto que tarde.
Toque de atención
El siguiente partido del Barcelona fue ante el Celta de Vigo en el feudo azulgrana. Los de Valverde vencieron al rival por un contundente 4-1, con hat-trick de Messi incluido. En esta ocasión, el técnico extremeño apostó por concederle la titularidad a Ansu Fati, quien ha venido demostrando su gran talento, pese a sus escasos 17 años.
Dembelé tuvo que ver los primeros compases del encuentro desde el banquillo, mientras observaba como un joven recién llegado desde la cantera, pasaba por delante de él y le birlaba el puesto. No es plato de buen gusto para ningún profesional verse relegado a la suplencia, más cuando tu deseo es triunfar junto al mejor jugador del mundo. Como muchas veces ha expresado Valverde en rueda de prensa, la competencia entre futbolistas es siempre buena para evitar que alguno de ellos deje de esforzarse al máximo. Y Ousmane es el claro reflejo de ello.
La presión dio buenos resultados
Tras verse en el banquillo en pasado sábado ante el conjunto gallego, Dembelé decidió que debía ponerse las pilas antes de que fuera demasiado tarde. La actuación de Ansu no fue de las mejores con el primer equipo, por lo que Valverde decidió cambiarle en beneficio de Dembelé. El francés saltó al verde del Camp Nou como si fuera otra persona y a los pocos segundos dio el primer aviso al Celta tras una gran jugada individual. El Barcelona fue otro gracias a las aportaciones de del francés, algo que se le había exigido desde que fichara por el club hace dos temporadas.
Ante el conjunto vigués se pudo ver a otro Dembelé. Uno con más ambición y con más ganas de sacar cuanto fútbol lleva dentro. Lo cierto es que tras los pitos por parte de la grada y la suplencia frente al Celta, Dembelé por fin reaccionó. Si no cumple las expectativas con el primer equipo, alguien terminará por quitarle el puesto. La cantera camina con paso firme y Ansu Fati ha llegado para quedarse.