Leo Messi ve como la llama del Barça se va apagando poco a poco. Él es el único capaz de hacer avivar a un equipo cansado y que muestra muchas dificultades. Así se intuyó contra el Levante en el Ciutat de València (3-1) y quedó confirmado contra el Salvia de Praga (0-0) esta semana.
El argentino deseaba que este verano llegara al Camp Nou su excompañero Neymar Junior. Así lo expresó públicamente en alguna entrevista. Y es que el 10 no se esconde. Sabe lo que le hace falta al equipo para volver a alzar títulos importantes: desequilibrio. De esto, va sobrado el brasileño del PSG.
Contraste con Griezmann
En vez de Neymar Junior llegó Antoine Griezmann. El francés es más del gusto de Valverde que de Messi. Se trata de un jugador inteligente pero no de un delantero determinante por su desequilibrio. Va muy bien al espacio y con un buen desmarque, pero no tiene uno contra uno.
Griezmann en una acción con el Barça contra el Slavia / FC Barcelona
Lo más destacado que está haciendo en Can Barça es su sacrificio defensivo. Lejos está de sus registros goleadores en el Atlético de Madrid. De momento, le toca hacer el trabajo sucio, algo que desespera al capitán y que ya temía. No deja de ser un jugador desaprovechado, como lo fue durante un curso y medio Philippe Coutinho.
Leo Messi ve como a sus 32 años cada vez le cuesta más y más desequilibrar. Necesita a su lado jugadores de combinación, algo que no destaca en Luis Suárez, tampoco en Griezmann. Por ese motivo prefiere que lo acompañe un perfil desequilibrante, estilo Neymar, con quien pueda combinar sin dificultades.
El favorito de la plantilla
Neymar no llegó y seguramente tampoco lo hará en un futuro. De la plantilla, el jugador que más se parece en desequilibrio y desborde es Ansu Fati, el juvenil que ha hecho el salto a la fama. Por ese motivo prefiere que el de 17 años tenga más minutos de los que tiene y, si cabe, siente al francés.
Ansu Fati rematando a portería en un entrenamiento del Barça / FC Barcelona
Quien tampoco convence es Ousmane Dembelé. Tiene fogonazos de calidad, pero en combinación deja bastante que desear. No se entiende con sus compañeros y a menudo parece que va por libre. Así nunca encajará en una delantera con Messi como pilar indiscutible.
Un perfil diferente es Carles Pérez. Se trata de un delantero con desequilibrio y sacrificio, pero tampoco destaca por su combinación. Es un extremo puro y tiene un buen uno contra uno, aunque no tanto como Ansu Fati. Como pasa con Griezmann, es un perfil trabajador que gusta a los entrenadores.
Aunque muchas veces Leo parezca desconectado de la realidad azulgrana, está más atento de lo que parece. Sabe cuáles son sus limitaciones y no quiere que, con él, terminen las victorias y los títulos. Por ese motivo pidió a Neymar Junior a la junta, pero en su ausencia ha bendecido a Ansu Fati.