Este Barça no mejora. Los azulgranas se van a la jornada de selecciones con una victoria que hace que el equipo comparta liderazgo con el Real Madrid, que se paseó en Ipurúa. Ernesto Valverde presentó un once inédito para vencer al Celta de Vigo, un equipo que buscaba salir del descenso y estrenaba entrenador, Òscar Garcia.
Como gran novedad de inicio salieron Samuel Umtiti, Junior Firpo y Sergi Roberto en el centro del campo. Delante, los encargados de desequilibrar la balanza eran Griezmann, Ansu Fati y Leo Messi. El canterano dejó en el banquillo a Luis Suárez, que salía tras lesión, y a Ousmane Dembelé.
Este equipo no mejora, se juega a lo que el rival quiere y no son capaces de imponer el estilo de toque. Los gallegos supieron imponer su estilo durante toda la primera parte, aunque su entrenador apenas lleva unos días al frente del equipo. Algo irreconocible en el Camp Nou. Pasó en Levante y se repitió contra el Slavia de Praga. En esta ocasión, se firmó la victoria (4-1).
Sin identidad
El conjunto de Ernesto Valverde ya no es capaz de imponer su estilo. Òscar Garcia supo como atacar a los culés en todo momento. Salió con tres centrales y dos carrileros más un tridente en el medular encargado de construir el juego pero, a la vez, evitar las acciones ofensivas de los locales.
Pione Sisto con Leo Messi en el Barça - Celta de Vigo / EFE
Y así lo hicieron Lobotka, Cheikh y Fran Beltran. El centro del campo de los gallegos controló al tridente culé formado por Roberto, De Jong y Arthur hasta el tercer gol de Messi. En el minuto 22 entró Sergio Busquets por un lesionado Nelson Semedo, pero el equipo tampoco mejoró. Aunque marcó el cuarto gol del equipo, el de Badía no está en su mejor momento de forma y sus compañeros lo notan.
Leo Messi, omnipresente
Ante esa gran presión de los visitantes, la solución la encontró Leo Messi. El argentino fue, otro día más, el jugador total. Ya durante el primer cuarto de hora fue a buscar balones en la zona de creación. También el único que remató a portería en el primer tiempo, cuatro veces, de las cuales dos terminaron en gol.
El capitán transformó un penalti en el minuto 21 provocado por Junior Firpo que enviaba el balón a las manos de Aidoo. A finales del primer tiempo, en el 39, cometía una pérdida impropia de él en el centro del campo. Estaba solo, sin apoyos. La jugada terminó con una discutible falta en la frontal del área de Ter Stegen. Olaza, lateral izquierdo, igualaba el partido.
Leo Messi, celebrando el gol con sus compañeros / EFE
Cuatro minutos más tarde, volvía a aparecer el genio del argentino. Una falta en la frontal del área del Celta de Vigo terminaba con un gran gol de Leo Messi. Rubén Blanco no pudo hacer nada. Su celebración demostraba el momento que vive el equipo. Lo celebró en solitario y con una rabia evidente.
En el segundo tiempo no bajó los brazos. En el 48 volvía a tener la oportunidad de superar al portero de los gallegos con un libre directo y así lo hizo. Un disparo suave, sutil, que superaba la barrera y dejaba el partido encarrilado. Un día más, el único jugador capaz de hacer cosas diferentes.
Ansu Fati, mejor de revulsivo (de momento)
Antes del partido, Valverde ya explicó en rueda de prensa que le gusta más Ansu Fati de revulsivo que de inicio. Pero este sábado le dio la oportunidad. El juvenil lo intentó sin éxito. Fue tan discreta su actuación que en el descanso entró Ousmane Dembelé en su lugar. El francés tuvo el gol en la primera ocasión de la segunda parte.
Griezmann y Ansu Fati reclamando un balón contra el Celta / EFE
El extremo galo fue de los más destacados del segundo tiempo. Intentó una y otra vez superar a Olaza con desmarques y regates. Parece que las palabras de Valverde y Deschamps, seleccionador francés, están causando reacción. Así sí que puede competir con el canterano y Antoine Griezmann, otra vez desaparecido.