La adaptación de Griezmann empieza a preocupar en el FC Barcelona. El delantero francés llegó con el estatus de imprescindible y ha sido titular en 13 de los 15 partidos, pero sigue sin sentirse cómodo en el sistema azulgrana. Hasta ahora, su aportación ha sido muy pobre: ha anotado cuatro goles y ha repartido tres asistencias.
Jugar en la banda izquierda no le favorece en absoluto. Era algo que se podía prever desde el momento en que se anunció su fichaje. Rindió muy bien por ese flanco cuando vestía la camiseta de la Real Sociedad. Pero de eso hace ya más de un lustro. Antoine ya no tiene esa velocidad, esa chispa ni ese desborde. Es un jugador totalmente diferente. Anclarlo a la banda es anular casi todas sus virtudes.
¿Nuevo Coutinho?
Desde el día en que se produjo su traspaso hay quien ve en él muchas similitudes con uno de los grandes fichajes fallidos de la historia del FC Barcelona, Philippe Coutinho. Futbolistas que en su anterior equipo se movían con total libertad por el área de ataque y que al llegar al Camp Nou se vieron obligados a ocupar una posición relativamente nueva para ellos.
Coutinho en su presentación con el Barça EFE
Sí, ambos habían jugado caídos en la izquierda. Caídos, no clavados. Cou y Griezmann tienen un perfil parecido, jugadores con mucho gol (más el francés que el brasileño) a los que les gusta jugar con una referencia ofensiva arriba. Tienen visión de juego e inteligencia táctica, pero no están acostumbrados a ser el actor secundario de su equipo.
Menos aún que el protagonista, Leo Messi, ocupe toda esa parcela de la mediapunta por la que ellos se mueven tan bien. La gran diferencia con Coutinho es que teóricamente el flanco izquierdo sí le venía bien al brasileño. Al galo, en cambio, no le puede ir peor. Acostumbrado a ir de fuera para dentro, esa diagonal queda anulada teniendo en cuenta que es zurdo.
Petición de Valverde
A todo esto, cabe destacar que, a diferencia de Philippe, Antoine sí fue una petición expresa de Valverde. El técnico extremeño valora mucho su sacrificio y compromiso defensivo con el equipo. Y sí, el futbolista francés trabaja mucho sin el balón, pero eso no justifica una inversión de 120 millones de euros.
Antoine Griezmann con Ernesto Valverde / EFE
Además, el hecho de ser más joven que Messi hace pensar que en un futuro no muy lejano podría liderar el cambio generacional y ser el referente del FC Barcelona. No solo eso, sino que su influencia puede ser importante para que Dembelé, de una vez por todas, siente la cabeza y se convierta en un jugador relevante en los esquemas de Valverde.
Su calidad es innegable. Pero para poder exhibirla deberá adaptarse primero. Griezmann aún tiene mucho trabajo por delante para poder triunfar en el FC Barcelona. No solo él, sino también el Txingurri. Si el técnico sigue empeñado en fijarlo a banda izquierda, será tremendamente complicado que brille en el Camp Nou.