El FC Barcelona cosechó la sexta victoria consecutiva tras vencer al Slavia de Praga. La crisis de resultados está completamente olvidada, pero no sucede lo mismo con la crisis de juego. El conjunto azulgrana evidenció una vez más sobre el verde del Eden Arena que le queda mucho trabajo por delante si quiere aspirar verdaderamente a ganar la Champions League.
El equipo catalán completó un buen primer cuarto de hora, con una circulación de balón muy rápida y una presión efectiva que asfixió a los checos. Pero a partir del 15', el Slavia empezó a crecer y el Barça no pudo hacer nada para pararlo. Si se marchó por delante en el marcador al descanso fue gracias a dos intervenciones milagrosas de Marc-André Ter Stegen, héroe de los de Valverde una vez más.
Tras la reanudación, los checos neutralizaron el resultado después de un disparo seco de Boril. Los azulgranas reaccionaron rápido y se volvieron a adelantar, pero el Slavia no arrojó la toalla en ningún momento y sometió al FC Barcelona en la recta final del encuentro. El conjunto azulgrana se marchó con los tres puntos de Praga con mucho más sufrimiento del que cabía esperar.
Cabreados
El mal juego del equipo no gustó ni al barcelonismo ni a los propios jugadores. Era algo que se podía percibir en la cara de Leo Messi, que se marchó del Eden Arena a toda prisa y visiblemente enfadado. El 10 completó una buena actuación a nivel individual y anotó su primer gol en la actual edición de la Champions, pero ni eso le quitó el mosqueo por la mala imagen que dejó el FC Barcelona en el encuentro.
Leo Messi disputando un balón en el Slavia de Praga-Barça / EFE
También se marchó con cara de pocos amigos Luis Suárez. En su caso, a la pésima actuación del conjunto azulgrana se sumó el discreto nivel que exhibió durante los 90 minutos. Volvió su peor versión, la de los partidos fuera de casa en Champions. Tuvo diversas ocasiones para sentenciar el encuentro, pero entre su falta de puntería y Kolar evitaron que rompiera una mala racha que ya dura más de cuatro años.
Molesto
Otro de los líderes que se marchó molesto del terreno de juego fue Marc-André Ter Stegen. Tras la finalización del partido, dio una patada a uno de los palos de la portería, se despidió de la afición más rápido de lo normal y se fue directamente al vestuario sin pasar por zona mixta, donde le esperaban por haber sido el más destacado del partido.
Ter Stegen saluda a la afición tras el Slavia-Barça / REDES
El guardameta alemán sí atendió al periodista de Movistar tras pasar por el vestuario y cambiarse. Allí, el cancerbero expresó su malestar: "No hemos jugado al nivel que queríamos y por suerte hemos sacado los tres puntos. Es necesario hablar de algunas cosas entre nosotros. Siempre hay cosas a mejorar, ahora son unas cuantas. No nos pueden marcar en la primera ocasión de la segunda parte".
Leo Messi, Luis Suárez y Marc-André Ter Stegen abandonaron el Eden Arena visiblemente enfadados por el juego del equipo. El FC Barcelona ganó, sigue invicto y reafirma el liderato en el grupo F, pero los jugadores son los primeros que saben que a este nivel será imposible ganar la Champions League.