Matthijs de Ligt no vive tiempos felices en Turín. El joven central holandés fue uno de los nombres del pasado verano. Quería salir del Ajax de Ámsterdam y su agente, Mino Raiola, abrió una puja entre los grandes clubes que lo querían. Finalmente fue la Juventus quien ganó la partida al Barça y pagó 75 millones de euros.
Sus primeros partidos con la Vechia Signora no fueron nada fáciles. Dos errores suyos le costaron dos goles contra el Nápoles (4-3). Tampoco rindió nada bien contra el Atlético de Madrid (1-1) ni con su selección contra Irlanda del Norte, protagonizando una ridícula acción (1-3).
El propio jugador reconoció públicamente que no está en su mejor estado de forma. Antes se veía como “insuperable” pero recientemente explicó que “después del partido contra el Atlético en la Liga de Campeones, me dije: este no es el jugador que soy. Después de eso comencé a jugar con más confianza y desde entonces la línea ascendente ha comenzado”.
Nuevo error defensivo
Este sábado, los juventinos se veían las caras contra el Bologna. Consiguieron una sufrida victoria (2-1) con goles de Cristiano Ronaldo y Pjanic. El tanto visitante lo marcó Danilo pero quien se llevó la mención especial fue Buffon que paró un gran balón de chilena en los últimos minutos.
El momento más polémico lo protagonizó de De Ligt. Un centro lateral terminaba con el central en el suelo y cortaba la trayectoria del esférico con la mano. Una acción que parecía bastante clara. Sorprendentemente, el colegiado Massimiliano Irrati, consultó el VAR y decidió no señalar penalti. No es el único error que cometió, pero le salvó su compañero Bonucci.
Cuestionado
Sus actuaciones en Italia han disparado todas las alarmas. La prensa ya no lo ve como el central del futuro y empiezan a cuestionar el precio que se pagó por él. La Juventus se llevó la puja en la que también participaron Barça, PSG y otros grandes clubes europeo. Tres meses ya dudan que sea el central del futuro.
Una foto de Matthijs de Ligt, jugador de la Juventus / Instagram
La prensa italiana no se cortó ni un peló cuando tocó calificar el partido del holandés. Tuttosport le puso el adjetivo de “imperfecto”, mientras que la Gazzetta dello Sport dijo que era “errático”. Finalmente, Il Corriere dello Sport fue más suave y describió su partido con un “no tuvo una noche cómoda”.