El Barça superó el virus FIFA y pudo sumar los tres puntos. El reto no era de los más fáciles, se veían las caras con el Eibar en el difícil campo de Ipurúa. Los armeros son uno de los conjuntos más duros de roer de Primera División. Su juego directo y la alta presión que propone José Luis Mendilibar no ponía las cosas fáciles.
El plan de Ernesto Valverde era claro: toques rápidos en el centro del campo y balones directos a los delanteros para romper las líneas de presión. Y así lo hicieron sus jugadores. Samuel Umtiti y Clement Lenglet fueron quienes que más balones largos mandaron adelante. También se sumó Ter Stegen.
En punta esperaban sus oportunidades el tridente titular: Leo Messi, Luis Suárez y Antoine Griezmann. El uruguayo fue el principal destinatario de esos envíos, jugando de espaldas y habilitando a sus compañeros. El argentino junto al francés se encargaron de poner la creatividad.
Conexión gala
Como ya es habitual en Can Barça, el 17 se ubicó en la banda izquierda del ataque donde se mostró muy combinativo y sacrificado en defensa. A los 13 minutos de partido tuvo el premio del gol. Un balón en largo de su compatriota Lenglet lo dejaba en un mano a mano con Dmitrovic.
Griezmann celebrando el primer gol del encuentro contra el Eibar / EFE
El ex del Atlético de Madrid lo superó colocando el balón con el interior del pie al primer palo. Aunque el eslovaco rozó el esférico, este terminó entrando. Posteriormente la conexión de Antoine con sus compañeros fue al alza. Fueron muchos quienes buscaron la profundidad de la banda izquierda mientras la derecha era la más banda de combinación.
Messi y Griezmann ya se entienden
Antoine fue el hombre de la primera parte: se sacrificó en defensa y brilló en ataque. Eso provocó que saliera en el segundo tiempo con ganas de comerse el césped. Se entendió muy bien con Leo Messi. Fruto de esta conexión surgió el segundo tanto del partido.
En el minuto 57, tras una combinación de De Jong con Suárez, el balón le cayó al francés dentro del área. Este, en vez de disparar a puerta como hubieran hecho la mayoría de los delanteros dejó el balón con un toque sutil para el astro argentino. Un regalo que no desaprovechó: toque suave y el dos en luminoso. Una sociedad que empieza a ilusionar.
Celebración del segundo gol del Barça en Ipurúa / EFE
También de una conexión entre el 17 y el 10 salió el tercer tanto. Griezmann habilitó a Messi en el espacio y ya encaraba al portero. El capitán en vez de disparar cedió el balón a la izquierda donde ya esperaba Luis Suárez con la pierna cargada. Gol que hundió definitivamente a los armeros en el 66.
Buena defensa
Cabe destacar el rendimiento de Clement Lenglet en defensa. Se mostró muy seguro y fue el líder de una defensa inédita esta temporada con Big Sam como pareja y Alba y Roberto en las bandas. El ex del Olympique de Lyon, fuera de ritmo, mostró su lentitud en alguna ocasión, pero también carácter cuando el partido lo requería.
Clement Lenglet en una ocasión del Eibar / EFE
Supieron controlar los centros laterales de los vascos, aunque generaron alguna ocasión de peligro. Orellana y Pedro León tuvieron el gol del empate, pero sus disparos apenas fueron al arco. Los culés no querían que se les escapara la ventaja y así lo hicieron. No se notó el cambio de Semedo por Roberto en el descanso.
Variante táctica
El Txingurri le quiso ganar la partida a su buen amigo Mendilibar con sus propias cartas. Los azulgranas atacaban con un 4-3-3 pero a cuando tocaba defender se convertía en un 4-4-2 con De Jong y Griezmann en las bandas. El objetivo estaba claro, frenar las acciones laterales de los armeros.