Antoine Griezmann está en el punto de mira y no es para menos. Un delantero de mucho desparpajo personal y otro tanto más en el terreno de juego que, últimamente, no ha podido sacar a relucir. El francés deberá asumir los galones que se le presuponen a un jugador de su nivel en su nueva aventura como azulgrana.
De momento, se escuda en un proceso de adaptación que se está alargando, pero más allá de los goles --solo ha marcado tres en lo que va de temporada-- poco se ha visto de su buen fútbol en el verde. Una situación que preocupa al barcelonismo y que tiene que empezar a resolverse antes de que el calendario apriete y lleguen los compromisos más exigentes.
Pero más allá de su crisis particular como azulgrana, la sequía goleadora también se ha extendido a la selección francesa, allí donde puede extrapolar sus mayores virtudes y donde es el líder ofensivo junto a Kyllian Mbappé.
857 minutos
Más allá de la falta de juego, el gol fue uno de los principales argumentos que sostuvo la dirección deportiva azulgrana para insistir en su fichaje este verano. Un delantero versátil, con recursos y olfato goleador para dotar a la ofensiva azulgrana de alternativas. Pero precisamente los tantos brillan por su ausencia y no solo en el Camp Nou. Su sequía goleadora se ha extrapolado también a la selección francesa.
Tras empatar contra Turquía (1-1) y ganar a Islandia (0-1), el delantero no vio portería en ninguno de los encuentros. Lanzador de los penaltis con el combinado galo, fue Giroud quien convirtió desde los 11 metros ante Islandia y ante los turcos fue también el jugador del Chelsea quien anotó el único tanto francés de la noche. Una sequía que con la selección francesa se ha alargado hasta 587 minutos --la última vez fue el pasado 2 de junio en un amistoso contra Bolivia (2-0)-- y que alcanza un total de 857 desde que marcó su último gol con el Barça ante el Villarreal.
Una sequía de la que él mismo es consciente. Tras finalizar el encuentro explicó: "Estoy un poco triste y decepcionado pero no enfadado”, señaló el delantero azulgrana. No solo por el encuentro, donde merecieron ganar, si no por su incidencia en el juego.