Leo Messi es el capitán del Barça, pero ante el Sevilla no solo dio un recital futbolístico, sino también de liderazgo. El brazalete supone mucho más que un signo en el brazo izquierdo y, como en pocas ocasiones han captado las cámaras, el argentino ejerció como tal en una de las imágenes del partido que ya han dado la vuelta al mundo.
La expulsión de Ronald Araújo --un gravísimo error de Mateu Lahoz para culminar su nefasto arbitraje-- rodeó al colegiado valenciano de camisetas azulgranas protestando su decisión. Unas protestas que se incrementaron cuando Dembelé apareció por ahí y espetó: "Eres muy malo, muy malo", según reflejó el acta tras el final de partido.
Con nueve jugadores en el terreno de juego y tres minutos más el añadido para el pitido final, Leo intentó junto a sus compañeros que Mateu Lahoz diera crédito a la versión de los futbolistas. La expulsión era irrevocable, pero no lo que el colegiado tenía que reflejar en el acta.
De risa
Tal y como captaron las cámaras de Gol, el rosarino recurrió a la picaresca y posiblemente a la realidad que vive el vestuario día a día. Y es que Dembelé apenas habla español, algo que también señaló Valverde tras finalizar el encuentro. El técnico extremeño aclaró ante los micrófonos de Movistar que tenía severas dudas de las palabras del Mosquito: "No creo que le haya dicho algo muy largo, porque no habla casi español" y añadió: "No sé lo qué le ha dicho, no he hablado con él, pero me extraña, no suele hablar mucho".
Algo que Messi ya sostuvo en el verde. Entre las protestas de los jugadores, el argentino preguntó a Mateu Lahoz: "¿Qué te ha dicho?" a lo que respondió: "Eres muy malo, muy malo". Leo, todavía sin entender nada, defendió a su compañero y espetó: "No sabe hablar, no sabe hablar", intentando hacer entender que quizás el colegiado había escuchado mal las palabras del delantero galo.
Defensa colectivo
Leo fue el primero, pero no el único. Gerard Piqué, por su parte, también alegó la versión que todos defendían: "Ousmane ha dicho muy mal, muy mal", mientras Busquets pedía explicaciones al colegiado y seguía sin entender nada con la compañía de Frenkie de Jong y Sergi Roberto que escuchaban atentamente la conversación.
Unas explicaciones que apenas tuvieron efecto inmediato ni posterior. El Barça se quedó con nueve y el colegiado mantuvo su versión en el acta arbitral que podría costarle de uno a dos partidos al extremo.
Suárez, también le apoyó
Entre tanta camiseta azulgrana destacó la ausencia de uno de los jugadores con más carácter de la plantilla, Luis Suárez. El uruguayo se quedó al margen de la discusión consciente de que ya tenía amarilla y que había vivido un duelo intenso con el colegiad 20 minutos antes.
El delantero uruguayo vio amarilla en el minuto 64 por protestar una posible falta dentro del área que Lahoz consideró que había fingido. El charrúa le aclaró con gestos que se había resbalado y empezó el duelo. El árbitro le miró desafiante, mientras Suárez reclamaba al juez de línea.
Fue entonces cuando se acercó a Mateu Lahoz y en un cara a cara muy tenso, le preguntó: "¿No se puede hablar?" a lo que Mateu Lahoz contestó: "No". Una respuesta que provocó la sonrisa irónica de Suárez y que dio paso a una tensa conversación. El colegiado le pidió respeto ante sus protestas con un "no te equivoques, no te equivoques" y a lo que Suárez respondió: "Vos tampoco".
Suárez se quedó al margen pero su apoyo a Dembelé fue previo. Tras anotar su primer tanto de la temporada, el francés erró un disparo claro a portería. Mandó el esférico a la grada, inexplicablemente, pero recibió el apoyo moral de su compañero quien le animó verbalmente.