El tiempo no pasa en balde para nadie. Ni para los futbolistas, ni para los árbitros. Solo Leo Messi parece desafiar al paso de los años con esos goles magistrales de falta que sigue marcando, aunque incluso el mejor de todos los tiempos nota a veces la edad. Cómo no iba a notarla Mateu Lahoz, protagonista negativo del Barça-Sevilla.
El colegiado valenciano va de mal en peor y este domingo terminó su actuación de manera horrorosa, estropeando un partido que estaba resuelto desde hacía muchos minutos. Tal vez las ansias de protagonismo, tal vez un simple error flagrante, de lo que no hay duda es de que Mateu firmó un nuevo arbitraje para el olvido en el Camp Nou.
Injusta expulsión de Araujo
Lo más clamoroso de todo fue la expulsión del joven Ronald Araujo el mismo día que debutó con el Barça. Fue una acción que podría haber sido sancionada con falta, pero nunca con expulsión. Si bien es cierto que Chicharito era el último hombre, lo que protagonizó con Araujo fue una lucha por llegar al balón, por ganar el espacio, en ningún caso una falta flagrante.
Leo Messi marca un gol de falta al Sevilla / EFE
Estropear el debut de un chaval de 20 años por esa acción deja en mal lugar al árbitro, que no solo debe conocer y aplicar adecuadamente la normativa sino saber interpretarla en función de las circunstancias. Y el propio Mateu es el mejor ejemplo de ello al hacer una interpretación de los contactos normalmente muy permisiva para el criterio habitual que impera en la Liga.
Permisivo el resto del tiempo
Se hartó a permitir contactos constantes del Sevilla durante el partido cuando el Barça peleaba por controlar el encuentro. Arthur Melo, en concreto, fue objeto de dos faltas claras que Mateu no sancionó. Ello le costó un severo castigo del Camp Nou en forma de pitos y abucheos, hartos como están los aficionados de arbitrajes como los de Lahoz, que no protegen a los futbolistas talentosos.
A esto cabe sumarle las constantes provocaciones del colegiado a Luis Suárez. No pararon de hablar y comentar las decisiones arbitrales. "No te equivoques", llegó a decir Lahoz al uruguayo en reiteradas ocasiones y con tono amenazante tras protestar una falta. En total, mostró cinco amarillas y dos rojas a los blaugranas, por solo tres amarillas al Sevilla.
En la ley del fútbol físico, Mateu es de los que suele premiar este tipo de juego. Y lo hizo este domingo en el coliseo blaugrana hasta que Araujo hizo caer al Chicharito en el minuto 87. Con 4-0 en el marcador y nada en juego, ese contacto fruto de la habitual lucha entre central y delantero resultó ser merecedor del peor castigo posible.
Peligrosa expulsión a Dembelé
Ello generó nuevamente la indignación del estadio y también de los jugadores. Los capitanes del Barça se avalanzaron sobre Mateu como perros de presa para protestar su estricto criterio, lo que costó una amonestación a Piqué --al que ya le venía bien para llegar limpio al clásico-- y una sanción mucho más surrealista a Dembelé: expulsado con roja directa.
Una foto de Gerard Piqué durante el partido ante el Sevilla / EFE
Al parecer, el extremo galo le dijo algo así como "eres muy malo", lo que le costará un partido de suspensión, como mínimo. Al igual que Piqué y Araujo, se perderá el Eibar-Barça, donde Valverde solo podrá contar con dos centrales, los franceses Lenglet y Todibo.
Este último, titular, rayó a buen nivel contra el Sevilla, aunque no pudo terminar el partido por fatiga muscular. Pese a ello, estuvo mucho más acertado que Mateu Lahoz. El colegiado se puede coronar si se considera el comentario una desconsideración merecedora de dos partidos de sanción. El hecho de que no se diga ningún insulto es, a priori, favorable a Dembelé.