Oportunidad de oro y una prueba de fuego. Así se presenta el encuentro que el Barça disputará este domingo a la 21 horas en el Camp Nou contra el Sevilla. Tanto a nivel colectivo, como individual. Y, especialmente, para un jugador azulgrana. Los catalanes tienen la oportunidad de mantenerse a dos puntos del Real Madrid --en caso de ganar-- y de acabar con una racha de cuatro victorias consecutivas antes del parón de selecciones.
Un victoria fundamental para no descolgarse de la clasificación ante un rival de entidad. Un escenario difícil que se agrava, o no a falta de ver qué ocurre, con la ausencia de Clement Lenglet. Este domingo será, con casi toda seguridad, la noche de Jean-Clair Todibo.
El central francés, indiscutible en el esquema de Ernesto Valverde, cumplirá con la primera sanción de la temporada. Expulsado ante el Getafe y dada la lesión de Samuel Umtiti, Todibo será el central elegido para formar dupla de centrales con Piqué.
A prueba
Será su primera titularidad de la temporada y una prueba de fuego para convertirse en una competencia directa o un suplente más para Piqué y también Lenglet. El zaguero francés fue la apuesta de la dirección deportiva el pasado mercado de invierno por su velocidad, posicionamiento, buen juego aéreo, potencia y buena salida del balón.
Cualidades muy válidas para triunfar en el Camp Nou que han tenido muy pocas oportunidades visto el nivel y la experiencia de Piqué y Lenglet. La ausencia del francés se convierte en un problema que Todibo deberá resolver y que debe aprovechar.
Todibo jugando con el Barça en Balaídos / FC Barcelona
Ahora, con una fragilidad defensiva preocupante --han encajado siete goles en diez partidos-- llega el momento de dar un paso al frente. A sus 19 años. Su experiencia se limita a diez partido con el Toulose en la Ligue 1 y dos encuentros la pasada campaña ante el Celta y el Huesca, más los cuatro testimoniales que disputó ante el Getafe.
Dejando de un lado la pretemporada y el Gamper, Todibo solo ha podido convencer en los entrenamientos. Sevilla será su puesta en escena y, de poder ser, su graduación. Ante su afición y con la máxima presión. La apuesta que, teóricamente, hará Valverde y por la que pasa su futuro. Menuda papeleta.