El Barça tiene una crisis de identidad. Futbolísticamente hace tiempo que no encuentran el modelo de juego con el que brillar. Esto ha sido tapado con títulos, solo la Champions League ha devuelto a los blaugranas a la realidad. Tras Anfield, muchos culparon a Valverde, pero el problema no es solo del entrenador.
Los jugadores parece que se han cansado de ganar. Contra el Villarreal se mostraron desmotivados y sin alma. Solo los más jóvenes -que se deben ganar el sitio- Ansu Fati, Arthur Melo y Frenkie de Jong fueron los que más intención pusieron.
Una foto de Leo Messi entrando por Ansu Fati durante el Borussia Dortmund - Barça / FCB
Los cracks del vestuario se han acomodado. Saben que son intocables y que, pase lo que pase, lo seguirán siendo. Es un problema que viene de lejos y la junta directiva no ayuda a ponerle solución. De los futbolistas depende su futuro y tocar la estructura provocaría un desequilibrio que les pasaría factura en las elecciones.
Un problema que viene de lejos
El mundo del fútbol ya no es lo que era. Los jugadores como Messi o Piqué hablan cuando quieren y apenas conceden ruedas de prensa. Si les molesta, se les hace todo a medida. Según explica Xavier Bosch en Mundo Deportivo, fueron los jugadores quienes pidieron no volar con la prensa en los viajes y le dijeron a Paolorosso, del equipo del Tata Martino, que ya no querían dar vueltas corriendo al campo.
También le dieron el visto bueno a Eric Abidal como secretario técnico o han mostrado malas caras con la llegada de Antoine Griezmann. Un nuevo episodio ha sido el culebrón Neymar. El brasileño cae bien y todas las figuras del equipo -Piqué, Suárez, Messi…- se encargaron de ponerlo en el punto de mira del Barça.
Una foto de Neymar Jr. en su regreso al verde con el PSG / EFE
No tienen ninguna autoridad que les controle. Hace un par de semanas, el central catalán reconocía que en verano de 2018 se fue a Orlando sin el permiso del técnico días antes del partido de la Supercopa de España en Tánger. Volvió, fue titular y marcó. El Barça salió campeón, pero se perdió el respeto.
La falta de forma
Gerard Piqué también habló después del Villarreal (2-1) donde reconoció que no están en un buen momento y puso la culpa de ello a las giras de pretemporada. De alguna manera se deben generar ingresos para pagar sus sueldos. Lo que no dijo fue que en el parón de selecciones entrenaron dos días de los siete y viajó a Nueva York por la Copa Davis.
Gerard Piqué, en un acto de la Copa Davis / EFE
Ya lejos queda el culebrón del mes de mayo. Luis Suárez se decidió operar la rodilla priorizando la Copa América a la Copa del Rey. Aún se le espera. Caso aparte es Dembelé, que no sale de una lesión y ya está en otra. Ahora sufre una sobrecarga y es duda para el partido contra el Getafe.
A Josep Maria Bartomeu y a Ernesto Valverde se les ha ido de las manos el poder del vestuario. Excepto los jóvenes y los recién llegados, los otros campan a sus anchas y saben que son el activo más valioso del club. Si los resultados salen, bien; si se empiezan a encadenar derrotas, se viene un problema, y gordo.