El Barça de este año es lampedusiano. Capaz de lo mejor y de lo peor. Si el equipo fuese un paciente de psiquiátrico seguramente el diagnóstico sería inequívoco: “Es bipolar”.
“Los jugadores no somos máquinas”, protestaba Gerard Piqué al término del Barça-Villarreal (2-1), con razón. Y acertaba más al señalar que “la pretemporada no ha sido la mejor” como tampoco el número de entrenamientos, con excesivas vacaciones por parte de Valverde.
Es una obviedad que los futbolistas no están en su estado óptimo de forma. Ello explica, por ejemplo, que el propio Piqué lleve a estas alturas cinco tarjetas amarillas con solo siete partidos disputados. El año pasado le sacaron siete en toda la temporada.
La MSG, por fin titular
Pero lo más preocupante no es la defensa, más o menos igual de vulnerable que el año pasado, amparada en san Ter Stegen. Lo preocupante son las dificultades que tiene el centro del campo para carburar y los enormes problemas de algunos delanteros para generar peligro.
Curiosamente, otros delanteros más jóvenes sacan ocasiones de debajo de las piedras. Es el caso de Ansu Fati, el mejor hombre de campo del Barça en lo que va de temporada con diferencia. Por encima del flamante tridente formado por Messi, Luis Suárez y Griezmann.
Las tres puntas de lanza del nuevo proyecto deportivo debutaron este martes por vez primera como titulares en el séptimo partido del curso. Durante 15 minutos dieron un recital, comandados por el capitán Messi, en su también primer partido en el once inicial. Incluso Griezmann volvió a marcar, a pase del astro argentino y ambos se fundieron en un abrazo. El primero que se les ve.
15 minutos y sin orgasmo
Sin embargo, en 15 minutos es difícil llegar al orgasmo. Finalmente, la MSG fue un gatillazo. Leo Messi, víctima de unas molestias musculares en el aductor, se desinfló con el paso de los minutos hasta ser sustituido a la media parte. El Camp Nou y el equipo cayeron con él.
La segunda parte dio la bienvenida a otro debutante en el estadio este curso, Ousmane Dembelé. El francés empezó con ganas, pero también se quedó en gatillazo. Todavía novel a la hora de gestionar sus esfuerzos físicos y musculares, se desfondó al principio y languideció.
Una foto de Luis Suárez lamentando una ocasión ante el Villarreal / FCB
Apenas tuvo dos o tres amagos de su genial talento para generar peligro. Por unos instantes daba la sensación de que los demás le trataban como a Messi. Le daban el balón y esperaban que él solo desequilibrase. Pero Dembelé todavía está a años luz del astro argentino.
Ansu sienta a Suárez y eclipsa a Dembelé
Más se le parece el joven Ansu Fati, que irrumpió en el terreno de juego con todo su desparpajo para sentar a Luis Suárez en el banquillo (’77) y terminar de desmembrar a la MSG: el líder lesionado, su mayor cómplice sentado y el Barça, a mantener la victoria con Griezmann y Dembelé entregados al chaval de 16 años.
El joven Ansu generó más peligro en los 15 minutos finales que el equipo entero en el tiempo anterior, incluidos los 15 minutos iniciales. Y cómo conclusión, una pregunta: ¿A quién le importa la MSG si en el Camp Nou ya triunfa la Ansufatimanía?