No hay manera. El FC Barcelona sigue siendo incapaz de dejar la portería a cero en un partido de Liga. Y eso que el conjunto azulgrana parecía tener el duelo ante el Villarreal bajo control. El cuadro groguet movía el balón de forma muy lenta y no lograba poner en aprietos a los de Valverde. Tras el 2-0 los visitantes tuvieron mucha posesión, pero no lograban hacerla efectiva.
Hasta que llegó Santi Cazorla. El centrocampista vive una segunda juventud y fue el mejor de su equipo en el Camp Nou. Poco antes de llegar al descanso recibió un balón en tres cuartos de campo, preparó el disparo y soltó un zurdazo que se coló en la escuadra de la portería de Marc-André Ter Stegen. Dio la sensación que el cancerbero alemán pudo hacer más.
El gol del asturiano se convirtió en el décimo que encaja el FC Barcelona esta Liga. En tan solo seis jornadas. O lo que es lo mismo, el equipo azulgrana ostenta una media de 1,67 goles recibidos por partido. Una cifra preocupante para el conjunto catalán que ha venido provocada en gran parte por errores y faltas de concentración.
Fallos
El primer tanto que recibió el equipo azulgrana fue obra de Aduriz con una volea magnífica. La defensa culé estuvo algo contemplativa, pero poco más se puede decir sobre un gol que fue más mérito del veterano delantero que culpa de los blaugranas. Algo similar a lo que ocurrió con el zapatazo que se inventó Loren Morón en la segunda jornada, cuando el Betis ya perdía 5-1.
Ansu Fati y Lenglet contemplan el gol del Granada de penalti / EFE
El primer tanto del cuadro verdiblanco fue obra de Fekir, que cazó desprevenida a la zaga del FC Barcelona en los primeros minutos de partido. Una falta de concentración que se repitió en la siguiente jornada en el primer gol de Osasuna, obra de Roberto Torres, y en los dos tantos que anotó el Valencia en el Camp Nou. Con 2-0, Gameiro se topó con una defensa muy relajada. Y con 5-1 y en el añadido, Piqué estuvo blando en un centro que acabó rematando Maxi Goméz.
Los otros tres goles han llegado por errores infantiles de los jugadores. En El Sadar, Piqué cometió un penalti absurdo al ir con los brazos despegados del cuerpo. Roberto Torres no perdonó y birló dos puntos a los de Valverde. En el duelo frente al Granada los dos goles de los andaluces procedieron de errores individuales: el primero de Junior Firpo, que regaló el balón a Soldado, y el segundo de Arturo Vidal, que sacó el brazo más de lo permitido.
A más
La permisividad defensiva ha ido aumentando a lo largo de la era Valverde. No es una sensación, sino que así lo dicen los datos. En el primer curso del Txingurri, en las seis primeras jornadas, el equipo encajó solo dos goles. La temporada pasada la cifra aumentó hasta los siete y este año se ha disparado hasta los 10.
Semedo lamenta el segundo gol del Granada / EFE
Este incremento se plasma también en las cifras totales de las dos anteriores temporadas. En la Liga 2017-18, el FC Barcelona recibió 29 goles. El curso pasado, 36. Mucho deberá mejorar el sistema defensivo en los próximos encuentros para no superar los registros de la pasada campaña.
El aspecto defensivo es una de las grandes tareas pendientes del Barça en este inicio de temporada. Un equipo que aspira a ganar la Liga no puede permitirse el lujo de encajar 10 goles en solo seis partidos.