Luis Suárez es uno de los intocables de Ernesto Valverde, de momento. Tras recuperarse de su lesión en el sóleo, el uruguayo volvió para acallar a sus críticos. Volvió con un doblete espectacular ante el Valencia, pero el uruguayo se ha vuelto a apagar. Se quedó sin punch en Dortmund y alargó su letargo en Granada. Un estadio que siempre se le ha dado especialmente bien y donde el equipo necesitaba de sus galones y goles para acabar con la mala racha que viven los azulgranas a domicilio. 

El Nuevo los Cármenes siempre se le ha dado bien al 'charrúa'. Marcó en sus tres visitas anteriores y sumaba cinco goles al conjunto andaluz. Una cifra que no pudo aumentar ante la falta de juego ofensivo de un equipo que anda como alma en pena fuera de la capital catalana. Su falta de efectividad fuera del Camp Nou preocupa y ya no solo en Champions League. 

Con Messi de nuevo en el banquillo, Suárez era el señalado junto a Griezmann para liderar al equipo y la ofensiva azulgrana, pero ni rastro de los dos arietes. El caso del uruguayo es preocupante. Es quien tiene más galones en el vestuario después del argentino y estuvo completamente desaparecido. La medular no le nutrió de balones ni le puso en situaciones de ventaja, pero tampoco se vio al delantero que convenció ante el Valencia

Desaparecido

En la primera mitad tuvo muy poca participación y el poco esférico que tocó, tiró por la borda el trabajo del colectivo. Impreciso, faltó de ideas y apenas probó a Rui Silva. Una situación que empeoró con la entrada de Messi y Ansu Fati. Los dos delanteros cambiaron el tono del partido, pero no contaron con Suárez.

Luis Suárez encara a la defensa granadina / EFE

Luis Suárez encara a la defensa granadina / EFE

Estuvo desaparecido por completo y el Barça cayó ante el recién ascendido de forma vergonzosa. Lleva dos goles en tres partidos, pero ya no es ese delantero temible. De su partido destacan más los insultos y reproches al juez de línea y sus constantes enfrentamientos verbales con los rivales que su juego ofensivo. 

Crítico

Una situación de la que el charrúa es consciente y que no escondió tras finalizar el encuentro: "Hemos tenido mucha posesión de balón, pero no fuimos contundentes para crear ocasiones de gol y añadió: "Tenemos que analizar por qué no ganamos como visitantes. Tenemos que aceptar que debemos salir con la obligación de ganar partidos y no cómo hemos hecho".

Se mostró optimista de cara al futuro, pero advirtió de que "va a ser un año largo y complicado". Y la realidad es que si no vuelve a su mejor versión para el bien del equipo, seguro que sí.