El FC Barcelona no termina de arrancar. Mientras en el Camp Nou arrolla a sus rivales, fuera de casa se muestra incapaz de lograr victorias. Cayó en San Mamés, pinchó en El Sadar y no pudo pasar del empate en el Signal Iduna Park... y gracias. El Borussia Dortmund fue muy superior a lo largo del encuentro y, a decir verdad, mereció quedarse con los tres puntos.
El conjunto azulgrana evidenció falta de rodaje y en ningún momento pudo dominar los tempos del partido. La mejor noticia fue la solidez defensiva, pero el juego exhibido fue alarmante. El equipo no tuvo ideas en la construcción, tuvo problemas para salir con el balón desde atrás y la circulación del balón fue demasiado lenta.
Una foto de los jugadores del Barça tras empatar contra el Borussia Dortmund / EFE
Aunque lo peor del duelo fue la nula sensación de peligro que crearon los atacantes del FC Barcelona. Ni Antoine Griezmann, ni Luis Suárez, ni Ansu Fati ni Leo Messi lograron poner en aprietos a la defensa del Borussia Dortmund. El cuadro azulgrana disparó una sola vez a portería en todo el encuentro.
Apagados y sin ritmo
Solo tiene 16 años, pero Ansu se presentaba como una de las mejores armas culés para asaltar el Signal Iduna Park. Repitió titularidad pero, a diferencia del partido contra el Valencia, no pudo brillar. El escenario y el ambiente del mismo abrumaron al joven guineano. Partió desde la banda derecha, donde perdió un balón tras otro. Cuando pasó a la izquierda superó un par de veces a Achraf, pero no pudo dar continuidad a la jugada.
Aún más desapercibido pasó Griezmann. Colaboró en defensa pero no aportó nada en ataque. Se situó de inicio en la banda izquierda, su posición cuando jugaba en la Real Sociedad. Han pasado más de cinco años y el francés ya no es ese jugador. Anclado en banda no produce juego ni ofrece sensación de peligro. Debe ser su ubicación en el once, pero con mucha más libertad de la que tuvo este martes.
Una foto de Antoine Griezmann lamentando una ocasión ante el Dortmund / EFE
Aunque creó el único disparo a puerta del equipo, Luis Suárez tampoco destacó. Tras anotar un doblete ante el Valencia, volvió a su versión Champions. Estuvo desacertado en el pase y algo lento en la toma de decisiones. Los cuatro años sin marcar fuera de casa siguen pesando como una losa.
Salió Leo Messi al rescate, pero no pudo hacer nada. Fueron sus primeros minutos de la temporada y le falta ritmo competitivo. Intentó ponerse el equipo a la espalda, pero no lo logró. Ni él pudo romper la monotonía del juego del equipo. Queda mucho trabajo por delante. Tanto a él como al resto del equipo.